A más de un año de su detención, considerada por muchos como injusta y arbitraria, el proceso judicial que se le sigue al tachirense Alexis Bustamante Molano, no tiene fecha para inicio de juicio.
Miriam Bustos
Cumplido un año de lo que muchos califican como una injusta detención, el proceso de juicio en contra del tachirense Alexis Bustamante Molano, aún no tiene fecha, situación que, aunada al decreto de cuarentena social nacional, no solamente lo afecta a él sino a su entorno más cercano.
Bustamante Molano, ahora de 33 años, padre de 2 niños –de 3 y 4 años- docente, exmilitar, y para el momento de la aprehensión, en mayo de 2019, activista e investigador de FundaRedes, fue imputado en el lapso correspondiente, del delito de instigación a la rebelión.
“Desde febrero de este año no lo he podido ver. Antes podía hacerlo, no me era fácil por el problema económico y de transporte, pero procuraba ir lo más seguido posible, pero ahora con esto de la cuarentena, se ha hecho imposible. Hasta hace un tiempo sabíamos de él a través del defensor público que le asignaron, pero ahora ya no. Los defensores públicos tienen muchos casos y los procesos judiciales como el de mi esposo, se han suspendido. En otras palabras, él es otra víctima de retardo procesal”, contó la esposa de Alexis, Andreína Alemán, desde el estado Zulia, donde vive con sus dos pequeños hijos.
De desaparecido a detenido
Alexis fue detenido en la frontera el 17 de mayo de 2019, cuando quería pasar a Cúcuta y comprar algunos víveres. Los que en un momento fueron sus compañeros de la Dgcim, pues perteneció a este organismo por varios años, fueron los mismos que se encargaron de detenerlo y de ocultar la aprehensión. Casi de inmediato lo trasladaron vía aérea a Caracas.
Ante el desconocimiento de lo ocurrido, desde esa fecha se consideró que Alexis estaba desaparecido, por cuanto nadie fue notificado de su detención. Familiares, amigos, muchas ONG, como FundaRedes denunciaron su desaparición, pues, aunque verificaron su paradero en distintos organismos de seguridad del Estado, tanto en Táchira como en Caracas, todos negaron que lo tenían.
Días después, luego de que el miércoles, fuera presentado ante un tribunal militar en Fuerte Tiuna, del que Alexis intentó escapar, fue que se pudo conocer que estaba preso en Caracas, en la sede de la Dgcim. Dicho tribunal militar le decretó esa misma noche, privativa de libertad y ordenó su reclusión en Ramo Verde.
“Sus mismas amistades, lo detuvieron”
“Él tiene a su mamá y al resto de la familia en Táchira, pero desde que nos casamos, vivimos en Maracaibo. Él había viajado para allá para pasar el día de la madre con ella. Incluso quería aprovechar para formalizar la denuncia por el robo de su vehículo, ocurrido en 2018, y para ello se suponía que esas amistades que tenía allá lo iban a ayudar y a asesorar, pero resulta que lo detuvieron”.
Bustamante Molano fue Guardia Nacional, llegó al rango de Primer Teniente y estuvo adscrito al mismo cuerpo de inteligencia que lo aprehendió (Dgcim). Había pedido la baja militar y además de defensor de los Derechos Humanos, estaba dando clases privadas en Zulia.
“A un año de haber sido detenido, solamente se ha celebrado la audiencia de presentación donde le imputaron instigación a la rebelión, que me parece injusto, pero el defensor público nos dice que, pedir la baja es como una falta u ofensa para las Fanb, que por eso es que lo tienen preso. Él está en Ramo Verde, estado Miranda. Me siento impotente por no poder hacer nada, pasa el tiempo y él sigue tras las rejas, y realmente no ha cometido ningún delito, que igual, del que lo acusan no esta tan grave, entonces no entiendo por qué no pueden darle una medida sustitutiva de libertad. Nuestros dos hijos lo extrañan, su familia lo extraña, yo lo extraño, además de que él era el proveedor. Todo esto se nos ha hecho muy difícil. Ni siquiera por vía telefónica podemos tener contacto con él”, dijo la joven.
“Esto no es fácil”
Lo que más quisiera – añadió- es que aceleraran el proceso, quiero hacer hincapié en esta petición, situaciones como las que lo involucran a él, un delito como ese, no deberían demorar tanto, más aún cuando hay de por medio una familia. No sabemos cómo está, qué necesita, es terrible esta incertidumbre, solo nos queda esperar y esperar.
Durante los días en los que se desconocía el paradero de Alexis, la angustia que sintió Andreína le provocó problemas de salud, a raíz de una deficiencia cardíaca que padece. Igual incertidumbre vivieron la madre y los hermanos de él.