Sucesos
Dos de 3 hombres que se llevaron de Ureña fueron localizados asesinados en la frontera
16 de febrero de 2019
Luego de estar desaparecidos por varios días, producto de que sujetos armados se los llevaron por la fuerza, de Ureña, los cadáveres de dos de los tres hombres víctimas del hecho, han aparecido asesinados tanto en el rio Táchira, del lado venezolano, como en una trocha que comunica ambos territorios; lo que indica que el destino del tercer hombre, en incierto.
En primer termino, el miércoles en la mañana hallaron el cuerpo de un vendedor de pescado que aunque era de nacionalidad colombiana, vivía en Ureña. Fue asesinado, posiblemente torturado y su cadáver, lanzado al río Táchira.
Obreros de Boconó, desde el lado colombiano hicieron el hallazgo del cuerpo, y tras aguardar un tiempo prudencial, las autoridades colombianas practicaron el levantamiento del mismo, por razones de humanidad.
Fortunato Silva Mora, de 49 años, como fue identificada la víctima, yacía con las manos atadas a la espalda y la cabeza sumergida en el agua, a la altura de una trocha que une a Boconó con Ureña.
El sábado, un grupo de hombres armados lo interceptaron, le ataron las manos y frente a un grupo de testigos que nada pudo hacer por evitarlo, por la fuerza y a golpes, lo obligaron a irse con ellos.
Presumen que los criminales le quitaron la vida en represalia porque se negaba a pagar la “vacuna” que, como a él, cobran en la frontera a todos los comerciantes, tanto formales como informales, a cambio de permitirles trabajar.
Algo de eso sería lo que los testigos habrían escuchado que le reclamaron, una vez lo abordaron.
Segundo hallazgo
El segundo hallazgo lo hicieron la tarde de este jueves, en una trocha binacional. La víctima, Gabriel Rodríguez Moreno, se dedicaba al transporte informal, y al igual que Silva y el otro hombre, no identificado, despareció el sábado en similares circunstancias que el vendedor de pescado.
Un grupo de familiares de Rodríguez, junto a las autoridades, hallaron el cuerpo en una trocha, también de Boconó, con tres impactos de bala en la cabeza y con un trapo amarrado al cuello.
“Él también desapareció desde el sábado, junto a dos hombres. Es decir, falta uno por encontrar”, dijo una familiar.
“Mi hermano era una persona de bien, alegre y juicioso. Era hasta nazareno, ahí en el barrio Trigal del Norte, donde vivía”, agregó una hermana.
Rodríguez era transportador informal entre la Central de Abastos (Cenabastos) y El Escobal. Al parecer, pasaba con frecuencia hacia el territorio venezolano.
Precisamente, el sábado, minutos antes de su desaparición, visitó a sus papás en un barrio de Ureña, comió y luego salió sin decir hacia dónde iba. Suponen que al igual que Silva, se negó a pagar la “vacuna”.
Miriam Bustos