Sucesos

El celular de Katiuska Tatiana, clave para resolver su crimen

11 de junio de 2021

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Una relación de amistad, mas no de carácter sentimental, y el rechazo de la víctima a las pretensiones amorosas de su vecino y amigo, fueron los detonantes para el brutal crimen, ocurrido en horas de la noche del 29 de mayo, en el sector Buenavista, parte alta de Capacho Nuevo


Por Armando Hernández


Un pretendiente de Katiuska Tatiana Baltazar Gómez, con quien la adolescente de 16 años de edad había entablado una relación de amistad, aparece como el presunto autor del crimen de la menor, el cual habría cometido en horas de la madrugada del domingo 30 de mayo, en zona boscosa ubicada en la parte alta del barrio San Pedro, en Capacho- Independencia, cuando la joven se resiste a las pretensiones sexuales del individuo, según se desprende de las investigaciones desarrolladas por detectives del Eje Contra Homicidios del Cicpc Táchira, que lograron la captura del sujeto en la misma área donde ocurrieron los hechos, de los cuales intentaba distanciarse, simulando consternación y colocándose al lado de las personas que exigían justicia.

La comunidad de Capacho protestó.

Salió de su casa para nunca volver

El despliegue policial realizado en la zona de Bellavista, donde apareció el cadáver en horas de la tarde del pasado viernes, se prolongó por varias horas, hasta muy entrada la noche, a los efectos de realizar un “peinado” del área y tratar de conseguir el teléfono de la joven asesinada.

Los rastreos no tuvieron resultados positivos y por ese motivo las operaciones de búsqueda se extendieron a otros sectores de Bellavista, sector Piedra de Grillo. La experiencia de los investigadores y la intuición les hacían pensar que el crimen había sido cometido por una persona de la misma zona y, al mismo tiempo, conocida de la víctima. Estas condiciones seguramente privaron para que la muchacha, en un exceso de confianza, permitiera que el hombre se le acercara, sin hacer advertencia de peligro alguno.

Rastreos practicados por detectives del Eje Contra Homicidios del Cicpc Táchira.

Como se ha dicho, Katiuska salió en horas de la noche del sábado 29 de mayo hasta una zona alta, cercana a su casa, en busca de señal para su celular y así poder efectuar una llamada, según lo revela su progenitora. Esa misma noche ocurre su desaparición. Su suerte y paradero son desconocidos hasta el viernes 4 de junio, cuando encuentran su cadáver en una zona enmontada, aproximadamente doscientos más arriba de su casa. El cuerpo presentaba señales de extrema violencia y avanzado estado de putrefacción, por lo que fue llevado a la morgue del Cementerio Municipal de San Cristóbal para la autopsia de ley. Se determinó el estrangulamiento, como causa de muerte.

Inteligencia policial y rastreos en la zona

La escena del crimen y las condiciones del cadáver, con señales de gran violencia, fueron analizadas por los detectives. Parecía que la joven víctima había luchado por su vida y enfrentó a su atacante. Esto coincide con los gritos que los vecinos dijeron haber escuchado, a eso de la una de la madrugada del domingo, a los cuales no respondieron por temor.

Katiuska Tatiana Baltazar Gómez tan solo tenía una relación de amistad con su victimario

Los investigadores, comandados por el comisario Carlos Rodríguez, supervisor de la delegación estadal Táchira, y el inspector Dennis Abreu, jefe del Eje Contra Homicidios, debieron realizar grandes esfuerzos para localizar el celular. El director estadal del Cicpc, comisario Jorge Luis Túa, consciente de la importancia que ese dispositivo tenía para la investigación, giró instrucciones concretas para que las comisiones permanecieran en la zona hasta encontrarlo.

Relación de amistad

Al mismo tiempo se desarrollaban pesquisas en el entorno de la víctima y labores de inteligencia policial. Se supo, a través de lugareños, que la muchacha tenía relación de amistad con un vecino, identificado como Jeison Leonel Jaimes Cacique, venezolano, de 18 años, obrero. Los habían visto conversando en algunas oportunidades. Un testigo contó que la noche en que ocurrió el crimen lo había visto bajar, al parecer con Katiuska, del sector de los tanques del agua, hasta la parte alta del barrio San Pedro, en la misma zona de Bellavista. Esta información resultó puntual y el día sábado 5 de junio se inició la búsqueda del hombre, quien tenía residencia en la vía que conduce al barrio Centenario. Este ciudadano estaba en cuenta de la presencia policial y, aparentando normalidad, estuvo muy pendiente del accionar de los funcionarios y se confundió entre los curiosos que expresaban consternación por el crimen, el día que fue encontrado el cadáver.

Salió de su casa, para nunca volver

El despliegue policial realizado en la zona de Bellavista, donde apareció el cadáver, en horas de la tarde del pasado viernes, se prolongó por varias horas, hasta muy entrada la noche, a los efectos de realizar un “peinado” del área y tratar de conseguir el teléfono de la joven asesinada.

Los rastreos no tuvieron resultados positivos y por ese motivo las operaciones de búsqueda se extendieron a otros sectores de Bellavista, especialmente a Piedra de Grillo. La experiencia de los investigadores y la intuición les hacían pensar que el crimen había sido cometido por una persona de la misma zona y, al mismo tiempo, conocida de la víctima. Estas condiciones seguramente privaron para que la muchacha, en un exceso de confianza, permitiera que el hombre se le acercara, sin hacer advertencia de peligro alguno.

Como se ha dicho, Katiuska salió en horas de la noche del sábado 29 de mayo hasta una zona alta, cercana a su casa, en busca de señal para su celular y así poder efectuar una llamada, según lo revela su progenitora. Esa misma noche ocurre su desaparición. Su suerte y paradero son desconocidos hasta el viernes 4 de junio, cuando encuentran su cadáver en una zona enmontada, aproximadamente doscientos más arriba de su casa. El cuerpo presentaba señales de extrema violencia y avanzado estado de putrefacción, por lo que fue llevado a la morgue del Cementerio Municipal de San Cristóbal para la autopsia de ley. Se determinó el estrangulamiento, como causa de muerte.

De sospechoso a criminal

El despliegue dio resultados positivos cuando se logró ubicar a Jaimes Cacique cerca de su residencia. Pese a que en un primer momento intentó desmarcarse del crimen, terminó por admitir su participación y dijo que el teléfono de la víctima lo había regalado a su pareja, de la cual no se revelaron detalles, pues ella no tenía conocimiento de su procedencia. La joven, al enterarse que el celular pertenecía a la muchacha asesinada, se horrorizó y lo entregó de inmediato a las autoridades policiales. No obstante, fue trasladada a la sede del Cicpc en San Cristóbal, para que rindiera la correspondiente declaración.

Ya con casi todas las piezas en su lugar, establecieron que entre el hombre y la adolescente existía una relación de amistad de reciente data y no una formal relación sentimental. Desde hace pocas semanas se reunían para conversar y, según la versión del obrero, las cosas no habían ido más allá de uno que otro beso. El mismo sospechoso admitió que se trataba de un simple flirteo.

El sábado 29 de mayo, cuando Katiuska Tatiana salió de su casa en busca de señal para su celular, el hombre la vio y de inmediato la abordó. La convenció para que se dirigiera a un negocio cercano, en la misma zona, para tomarse unas cervezas. tras lo cual regresaron a la parte alta de Bellavista. Se cree que Jeison Jaimes Cacique se encontraba bajo los efectos de sustancias estupefacientes y, en medio de la oscuridad, atacó a su amiga, cuando esta se negó a acceder a sus pretensiones sexuales. La llevó a la zona de vegetación y abusó de ella. Al parecer, la adolescente se defendió y gritó en demanda de auxilio, pero nadie acudió en su ayuda. El hombre la estranguló, para evitar ser denunciado. El enloquecido sujeto actuó con gran alevosía, y la saña criminal quedó de manifiesto al momento de ser encontrado el cadáver.

Primero sospechoso y luego pasó a ser el autor del crimen.

Así mismo, admitió que se apoderó del teléfono y lo obsequió a su pareja. El aparato fue recuperado y se ha convertido en evidencia para establecer la relación víctima – victimario.  El mismo sábado, en horas de la tarde, el presunto feminicida fue trasladado a San Cristóbal, bajo medidas especiales de seguridad, para ser colocado a las órdenes de la Fiscalía XXII del Ministerio Público, junto a la evidencia colectada, consistente en las actas con las actuaciones policiales y las declaraciones de testigos, el celular marca ZTE, propiedad de la víctima, las ropas con fluidos corporales, tanto de la víctima como del victimario, y una cadena, tipo tobillera, perteneciente a la muchacha, que también fue recuperada durante el desarrollo de la investigación.

El presunto autor del crimen fue presentado ante el Juzgado I de Control del estado Táchira, con competencia en materia de violencia contra la mujer. Es acusado de los delitos de femicidio agravado y abuso sexual.  El fiscal solicitó ante el tribunal medida privativa de libertad, por extrema necesidad y urgencia, la cual fue acordada por el tribunal, que además ordenó la reclusión del sospechoso en los calabozos del Cicpc, en la avenida Marginal del Torbes.

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