A consideración de Lisandro Pineda, un oficial militar que trabaja en Caracas, hermano del ex-GNB Daniel Alfredo Pineda Chacón, de 23 años, quien murió la semana pasada durante un presunto enfrentamiento con el Cicpc, en Colón, municipio Ayacucho, el muchacho no les hizo frente a los funcionarios.
Sostiene que, si bien Daniel hubiera estado implicado en algún delito o lo investigaban por algo, el deber era detenerlo y presentarlo ante la justicia.
“A finales del año pasado, él pidió la baja, había ascendido a sargento primero de la GNB, pero el sueldo no le alcanzaba ni para los pasajes. Estuvo destacado en Barinitas y luego lo cambiaron para Siberia, en Pregonero, pero no estaba satisfecho. Los mismos vecinos están dispuestos a dar su firma, a declarar, certificando que no era un muchacho malo, pero si lo fuera, si hubiera estado implicado en un homicidio –como dicen-, nosotros seríamos los primeros en aceptar que debía pagar por lo que hizo e ir a la cárcel. Lo que es inaceptable es que lo hubieran torturado y asesinado, como lo hicieron”, explicó Lisandro Pineda.
—El día que ocurrieron los hechos (el 26 de febrero) –continuó-, cuando llegaron las comisiones al sector El Rosal, en Colinas de Ayacucho, no hubo tal enfrentamiento. A él lo torturaron en una casa vecina, a donde corrió a refugiarse; sacaron a la señora de la casa y un muchacho y los funcionarios se quedaron solos con él. Mi hermano se entregó, levantó los brazos, se arrodilló y pidió que no lo mataran. ¡Dónde tenía el arma que dicen, con la que se enfrentó, si el solo tenía un bóxer puesto? Desde la calle se le escuchaba gritar, pedía auxilio, pero no le permitieron a nadie intervenir. Y de repente se escucharon los tiros, lo sacaron y lo montaron en una camioneta Hilux, dizque para llevarlo al hospital; pero no, él ya estaba muerto. Le dieron tres tiros.
“A nosotros nos extrañó que dijeran que estaba implicado en un homicidio, pero si tenía un muerto encima, pues entonces tenían que meterlo preso; no sabemos con quién pudo haberse juntado, es decir, no puedo defenderlo ni acusarlo. Incluso, ahí llevaban a otro muchacho que supuestamente participó en el asesinato junto con mi hermano; pero, entonces, ¿por qué no detuvieron también a Daniel, por qué tenían que matarlo?”, se preguntó.
Refiere Pineda que, luego de esto, allanaron la casa familiar, donde colectaron los uniformes y el carnet de la GNB que Daniel aún guardaba.
“También se llevaron la moto de él, dos motos de un cuñado, porque supuestamente había varias motos vinculadas al homicidio. En resumen, fue una mala praxis del Cicpc, porque, repito, si mi hermano tuvo algo que ver con ese homicidio, nosotros no íbamos a mover un dedo para sacarlo de la cárcel, lo apoyaríamos como familia, pero no lo íbamos a apañar, porque él no era quien para quitarle la vida a otro ser humano, pero tampoco nadie tenía el derecho de quitársela a él, como lo hicieron”, concluyó. (MB)