Sucesos

Empleados asesinan a un comerciante funerario porque les pagaba muy poco

7 de septiembre de 2020

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El crimen de un empresario funerario, que fue asesinado a golpes por dos de sus empleados a consecuencia de controversia por el pago de un servicio, fue aclarado por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, que encontraron el cadáver enterrado en un terreno baldío de Los Teques, estado Miranda, en donde permanecía desde el pasado mes de diciembre, fecha en que ocurrió la misteriosa desaparición del comerciante.

El director nacional del Cicpc, comisario general Douglas Rico, anunció el esclarecimiento del hecho tras casi nueve meses de pesquisaje, a cargo de funcionarios de la División Contra Homicidios y División de Víctimas Vulnerables, que permitió la captura de uno de los dos hombres que participaron en este atroz crimen.

Desaparecido

Dijo el comisario Rico que el 10 de diciembre del pasado año se produce la misteriosa desaparición de un comerciante, identificado como Édgar Enrique Rodríguez, propietario de una conocida funeraria de Los Teques, estado Miranda, situacion que fue denunciada por sus familiares, luego de agotar todos los recursos para dar con su paradero.

Las investigaciones policiales se centran en el entorno de la víctima, intentando obtener algún detalle que fuera considerado como motivo de su repentina desaparición, pero nada de eso ocurre. Rodríguez era una persona trabajadora, que no solía ausentarse de su entorno familiar sin antes notificar a dónde iba y por ese motivo, ante la falta de noticas, sus seres queridos se encontraban desolados.

Los mismos detectives buscan en centros asistenciales y retenes policiales, sin éxito alguno, por lo que las investigaciones llegan a un callejón sin salida. Deben volver al punto de partida, que no es otro que el entorno de la víctima, de manera que puedan indagar sobre su vida personal y de negocios. Practican inspección en la funeraria de su propiedad, donde fue visto por última vez el día que ocurre su desaparición.

Un sospechoso

Un joven trabajador de la funeraria capta la atención de los detectives del Cicpc, porque el hombre muestra un interés que va más allá de la curiosidad y constantemente preguntaba por las investigaciones y las posibles pistas, particularmente si tenían algún sospechoso y si existía algún detalle para dar con el paradero del dueño de funeraria. Incondicionalmente se pone a la orden de los funcionarios para colaborar en todo y ayudar en la búsqueda de su patrón.

Este desmesurado interés por el caso llama la atención de los hombres del Cicpc, que deciden colocarlo en la lista de personas a ser investigadas.

Se sabe que el empleado, a quien identificaron como Elio Augusto Rodríguez, de 31 años de edad, labora como chofer de carroza funeraria y que el día en que su patrón desaparece sostuvo contacto con el mismo, pues hubo un entierro al cual el sospechoso fue como chofer, actividad que se denomina “tiro” y se paga por separado.

Para no alertar al chofer sobre sus sospechas, los detectives se hacen los desentendidos, mientras prosiguen realizando pesquisas de campo y labores de inteligencia policial, que incluyen análisis telefónicos, lo que permite establecer una relación entre el sospechoso y otro hombre, de nombre Alexis González, con residencia en Petare. Se sabe que este individuo también acudió como chofer al entierro que se cumplió el día que desapareció el empresario funerario, y la frecuencia con que ocurren las llamadas entre ambos sujetos es motivo de investigación.

Asesinado y enterrado

Elio Augusto Rodríguez es detenido y confrontado por los investigadores, y aun cuando en un principio niega tener cualquier tipo de relación con la misteriosa desaparición de su patrón, termina por “quebrarse”. Revela detalles de un asesinato en el cual participó, luego de una acalorada discusión. Tanto él como su amigo discutieron con el empresario funerario porque consideraban que no les pagaba lo suficiente por los “tiros” realizados y en medio de la discusión decidieron matar a Édgar Enrique Rodríguez, a quien golpearon con un pico y una pala, herramientas que luego utilizaron para cavar la fosa donde enterraron el cadáver.

El chofer quedó detenido, en tanto que una comisión partió a la casa de Alexis González, en Petare, para arrestarlo, pero no fue posible dar con su paradero. Se encuentra en fuga. El empleado trasladó a los detectives hasta una zona boscosa del sector La Carmelera, municipio Acevedo del estado Miranda, donde estaban enterrados los restos del comerciante. Eso ocurrió el jueves tres de septiembre, y de igual manera llevó a los funcionarios hasta el lugar donde existe un carro en situación de chatarra, donde escondieron el cadáver, hasta que hicieron la fosa para sepultarlo.

Armando Hernández

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