Una mujer de 26 años de edad fue aprehendida por funcionarios del Gaes 21-Táchira, adscrito al Conas, tras establecer su vinculación con una extorsión, desde el Centro Penitenciario de Trujillo, contra un comerciante de la población de Colón, en el municipio Ayacucho.

Según la denuncia que la víctima interpuso ante el Gaes-Táchira, vía telefónica le estaban exigiendo 30 mil dólares, bajo amenaza de muerte y la detonación de artefactos explosivos (granadas) en su lugar de residencia y establecimiento comercial, por lo que en el acto los investigadores militares iniciaron la correspondiente investigación.

Datos precisos que los extorsionadores le daban a conocer a la víctima durante las llamadas, de inmediato hicieron presumir que al menos una persona del entorno de la víctima estaba implicada en el caso, lo que confirmaron con las indagaciones, que pusieron al descubierto a una joven de 26 años de edad, que trabajaba para la víctima.

A ella la identificaron como Ana G., quien poco antes de su aprehensión le manifestó a su patrón la intención de renunciar al trabajo y viajar a Colombia, lo que hizo que el Gaes apresura su detención, por cuanto las labores de telefonía ya la vinculaban con la cárcel de Trujillo, desde donde establecieron también procedían las llamadas extorsivas.

Al parecer no era la primera extorsión en la que la chica participaba, ya habían concretado con otra víctima el cobro de 4 mil dólares. En esta ocasión, el dinero que le exigían a esta segunda víctima debía entregarse en La Fría, municipio García de Hevia,   

Al acudir a la residencia de la muchacha, donde la detuvieron, los militares hallaron evidencia incriminatoria, que quedó a disposición del Ministerio Público, como un teléfono celular y dos Sim Card, de las empresas Movistar y Movilnet.

Interés amoroso

En cuanto a los identificados vinculados a este delito, ahora sindicados de extorsión, los tres son tachirenses: Johnny Frank Moncada Carrillo, alias Frank, de 30 años de edad; Luis Joaquín Moncada Carrillo, de 35 años, alias Luisito, y Dídimo Gabriel Sánchez Ovalles, alias Gabo, quienes habían sido trasladados desde el Centro Penitenciario de Occidente, en Santa Ana del Táchira, hasta la cárcel de Trujillo.

Uno de ellos tuvo una relación amorosa con la hoy detenida, aunque actualmente la chica era novia de otro de los tres implicados. Ella era quien, según las investigaciones del Gaes, facilitaba a sus cómplices datos de los movimientos de la víctima y también era quien cobraba el dinero extorsionado.

Miriam Bustos