Durante el acto de cristiana sepultura del bodeguero colombiano, José Alirio Salazar Vega, de 61 años, asesinado en un atraco el lunes en la madrugada, por tres jóvenes venezolanos a los que albergaba en su casa, familiares, amigos y conocidos de la víctima realizaron una marcha para rechazar el hecho y a su vez,  exigir la pronta captura de los homicidas.

La manifestación pública fue una muestra del  dolor e  inconformidad  de los allegados a la  víctima, y  como  rechazo al crimen  se negaron a entrar a la misa que ofreció el sacerdote del barrio Camilo Daza, por asegurar que el religioso  es un  fiel colaborador de  ciudadanos venezolanos.

“Él (sacerdote) es el principal benefactor de los venezolanos, les da bonos, mercados y almuerzo. Por eso no quisimos entrar”, dijo a La Opinión,  un habitante del sector.

Los asistentes le pidieron a la Alcaldía de Cúcuta y a la Gobernación de Norte de Santander mayor seguridad y medidas para contrarrestar estos hechos, en este caso protagonizados por extranjeros.

Por el asesinato del bodeguero colombiano buscan a tres hombres sólo identificados como  Junior, Jorge y Leandro,  a los que la víctima  por más de mes y medio les brindó  techo y alimento en su casa del barrio Camilo Daza, donde además tenía una bodega que en contraprestación, los tres venezolanos debían atender.

La falta de un dinero en la caja de la bodega, así como  de una caja de cigarrillos, llevó a Salazar Vega a reclamarles a los tres hombres, y a la vez anunciarles, que buscaran para donde irse, puesto que ya no serían  bienvenidos a su casa.

El incidente, se presume que fue el detonante para quepresuntamente,    Junior, Jorge y Leandro, en represalia, decidieran robar al bodeguero antes de irse, y entre el mismo domingo en la noche y madrugada del lunes,  aprovechando  que la víctima estaba solo en el inmueble, además de  robarle dinero, ropa y  dos televisores, le quitaron la vida. (MB)