Milagrosamente, no hubo heridos de gravedad

Jonathan Maldonado

Treinta pasajeros a bordo de un encava se llevaron el susto de sus vidas al caer la unidad a un precipicio de la vía San Antonio del Táchira-Apartaderos, en el municipio fronterizo Bolívar.

“Es un milagro de Dios que no nos haya pasado nada”, repetían constantemente la mayoría de pasajeros, la noche de este sábado 27 de abril, tras salir ilesos de un accidente que pudo haber pasado a mayores, pero, afortunadamente, no provocó lesiones de gravedad en los usuarios, solo daños materiales.

Del total de pasajeros, 24 eran adultos y seis niños, más el chófer y su ayudante. De acuerdo con los usuarios de la unidad, aproximadamente a las 9:30 p.m. el conductor se estacionó cerca de la “curva del Diablo” por fallas mecánicas que registraba el vehículo, cuando, de repente, empezó a rodar y cayó a un precipicio, sin poder ser controlado.

Al lugar, llegaron funcionarios del Cuerpo de Bomberos de San Antonio del Táchira y Ureña con sus respectivos vehículos de emergencia, así como la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivarina (PNB).

Tras auxiliar a los pasajeros, quienes además del gran susto solo sufrieron golpes leves en sus humanidades, los uniformados bomberiles colaboraron con el rescate de sus pertenencias. El gruero también arribó a la zona para extraer la buseta, que rodó cerca de 80 metros por el abismo.

La unidad de la empresa 23 de Enero, con ruta interurbana, iba con destino a Guanare-Acarigua, según información aportada por los conductores, quienes lamentaron la nula señalización en tan importante arteria vial como es la Troncal 1.

El aparatoso accidente se dio a escasos tres kilómetros del punto de control de Peracal, municipio Bolívar.