Sucesos
Gasolina y una vela encendida provocaron incendio en San Antonio
8 de noviembre de 2019
Pasadas las 7:00 p.m. de este miércoles, Henry Noguera arribaba a su casa, ubicada en la avenida Primero de Mayo, en San Antonio del Táchira, para sacarle un galón de gasolina a su camioneta, que se hallaba junto al carro de su hermano, un Optra, negro, en el garaje de la vivienda. El combustible lo necesitaba para poder mover su otro vehículo, el cual estaba varado cerca del cementerio Municipal.
Además de la oscuridad de la noche, en esa zona no había luz -según el corte programado, llegaría a las 9:00 p.m.-. Por tal motivo, Noguera decidió prender una vela y colocarla a cierta distancia de donde iba a sacar el combustible. En el garaje, totalmente encerrado, fácilmente se acumularon gases que provocaron el incendio.
“Trabajo en un carrito por puesto llevando pasajeros a El Palotal, por lo que debo estar comprando gasolina, porque no tengo ni 50.000 ni 60.000 pesos para rogarles a los guardias, a la reserva, a los que manda el Gobierno y a los de Llano de Jorge, que manipulan la bomba –La 56, la única que está operativa en la ciudad-. Aquí no podemos surtirnos de combustible, como en un país normal, porque siempre nos sacan el cuento de que esto es culpa del imperio”, relató Noguera, con la impotencia reflejada en su rostro.
El conductor precisó que, al momento del incendio, su esposa e hijo, de tres años, se encontraban en la parte de arriba de la casa, en la habitación. “Ya habían cenado. Gracias a Dios, la vivienda tiene varias salidas”, indicó, al tiempo que agregó: “nuestros dos perros y el loro, las mascotas de la casa, también están bien”.
“Casi se quema la casa. Gracias a mi hermano, luchamos para sofocar el incendio. Los gases llegaron hasta donde se hallaba la vela y provocaron el fuego”, detalló, para luego agradecer la labor que ejercieron los bomberos: “parece mentira, pero nos ayudaron a apagar las llamas, cumplieron con su misión”, reconoció.
De los dos carros, el más afectado fue el Optra, cuyo frente quedó calcinado. Una vez pasaron el susto, consiguieron guardarlo en un estacionamiento cercano a la vivienda. “Hoy (jueves) no salí a trabajar, he estado limpiando, arreglando todo”, aseveró quien lamentó el trajín de la ciudadanía para poder abastecerse de combustible: “Tengo el número 1.380. Uno logra echar una vez al mes o cada mes y medio”, señaló.
De la casa, solo el estacionamiento y los carros resultaron afectados durante el incidente, que casi termina en tragedia.
Jonathan Maldonado