Hace un año “La Molina” acabó con la vida de diez jóvenes
Es el primer aniversario del suceso en el que jóvenes tachirenses y de la ciudad de Puerto Ordaz fueron víctimas de la creciente de la quebrada mientras estaban de paseo en el municipio Lobatera
Juan José Contreras Cárdenas
Hace doce meses, lo que fue una de las crecientes más imponentes de la quebrada La Molina en el municipio Lobatera del estado Táchira, trajo un caudal como no se había visto en varios años, y marcó con una tragedia a la sociedad, pues 10 jóvenes integrantes de la congregación de la Iglesia Metodista que se encontraban en un retiro en la aldea Potrero de Las Casas, fallecieron en las turbulentas aguas.
En ese momento, 21 feligreses andinos habían recibido a sus pares de Puerto Ordaz, pues 11 personas viajaron desde el estado Bolívar para el retiro en el campo lobaterense, para meditar, respirar aire puro, observar la naturaleza y ver el río. Aguas en las que algunos se bañaban aquel 23 de septiembre y que de un momento a otro arrasaron con todo a su paso por la creciente. Varios fueron rescatados con vida, desafortunadamente 10 jóvenes no.
Durante un mes entero se emprendió un esfuerzo mancomunado: autoridades, familiares, lugareños, voluntarios, bomberos, funcionarios… Todos trabajaron para emprender la búsqueda de los cuerpos que no se habían encontrado en las siguientes horas del suceso. Se emplearon drones, elementos caninos, técnicas variadas de rastreo. Vale destacar la labor de los miembros de Protección Civil en todo ese proceso. Se lograron recuperar solo nueve cuerpos. Cuatro semanas enteras se buscó sin descanso, y se dio fin al proceso dada otra tragedia que surgía, la de Las Tejerías en el estado Aragua, que demandaba la asistencia nacional de personal rescatista, dada su magnitud.
Los jóvenes que perdieron la vida fueron: Elian Navas, de 25 años de edad y Leonela de Navas, de 21 años, eran esposos; Leydi Suárez de 19 años de edad y Eliany Pineda, de 15 años; Valentina Ruiz de 15 años de edad y Víctor Ramírez de 27 años; los hermanos Karina Franchesca Nieto, 12 años, y Frayer Nieto, de 17; Anny Monsalve, 21 años; y finalmente John Jáuregui, de 23 años, cuyos restos mortales no fueron hallados.
Se suele decir que Dios obra de maneras misteriosas. La vida en sí misma a veces está enmarcada en misterio, y en definitiva la muerte aún más. Jóvenes, empezando a vivir en instantes se despidieron de este plano, ellos fueron al paseo por su fe para honrar a Dios, y Él los bendecirá, y también a los suyos, ante esta tragedia. Hoy el caudal de la quebrada La Molina ya no corre con fuerza, el agua ya se ha calmado, y se espera que de igual manera la paz alguna vez pueda llegar a los corazones de los familiares y amigos de los jóvenes que partieron tempranamente.