Los cadáveres abaleados de dos jóvenes, hasta el momento sin identificar, fueron  localizados  este jueves a la entrada de la hacienda La Voladora, municipio Córdoba, luego de que vecinos  del sector  hicieran el hallazgo a temprana hora de la mañana.

Horas más tarde  se concretó el levantamiento  y traslado de los cuerpos, hasta la  morgue del Hospital Central, por parte de funcionarios del Cicpc, mientras que  una comisión de Politáchira estuvo a cargo de reguardar la escena del crimen.

De las víctimas se pudo conocer que  no portaban documentos de identidad;  de piel blanca y cabello negro; se les estimó una edad  comprendida entre los 20 y 25 años, y de acuerdo a las evidencias colectadas, como  conchas de bala, ambas fueron asesinadas en  ese mismo lugar donde fueron halladas, específicamente  en la aldea Estación Santa Ana, en una carretera destapada que conduce a un saque de arena.

De acuerdo a un testimonio que se dejó escuchar en el sitio por alguno de los moradores, los jóvenes desconocidos pudieron  haber sido asesinados pasadas   la una de la madrugada del jueves, puesto que  fue aproximadamente  esa hora, cuando escuchó varias detonaciones.

Otra presunción  que se mencionó, aunque no se logró conocer la base para ello,  es que las víctimas vivían en San Josecito, en el vecino municipio Torbes.

Uno de ellos vestía franela  gris y  pantalón azul marino. No tenía calzado. Los funcionarios le apreciaron un tatuaje el la parte alta izquierda de la espalda con  el nombre “Dylan”, y a la derecha “Kendry”.

La segunda víctima, vestía suéter manga larga, gris oscuro y  pantalón jeans azul oscuro. Tampoco  tenía  zapatos.

A él también le observaron un tatuaje en el brazo  interior derecho, con el nombre “Steven” y la figura de  lo que pareciera ser, un duende.

Con esa poca información se realizó el protocolo  de levantamiento  de los cuerpos  y la colección de evidencias, a la  espera  de que algún familiar  acuda a la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, a fin de que pueda  reconocerlos e identificarlos plenamente; y de allí dar inicio a las investigaciones que permitan reconstruir sus últimas  horas de vida hasta llegar  alas circunstancias y a los asesinos que les quitaron la vida.

Miriam Bustos