Los familiares de María Raizbert Camacho Montilla, no se explican la muerte de su ser querida. La joven apareció asesinada a tiros en la vereda El Dave, de Puerto Santander, en la zona rural del área metropolitana de Cúcuta, Colombia.
La muerte se descubrió el 30 de septiembre, cuando miembros de la funeraria San Martín se trasladaron hasta ese lugar para levantar los cadáveres de la joven y otro hombre, que tendrían al menos seis días de asesinados, y traerlos a Cúcuta para que las autoridades hicieran la inspección técnica.
María Raizbert, de 18 años y oriunda de Valencia, Venezuela, estaba radicada desde hacía un año en Las Mesas De Seboruco, en Táchira, pero luego eligió un rumbo sola.
“Me decía que trabajaba en una panadería. Pero casi no contaba mucho. Estaba encompichada con una amiga, pero no sabemos quién era, nunca habló detalles de ella”, dijo un familiar.
Camacho era la menor de dos hermanas, una vez cumplió años le dijo a su tía, quien cuidaba de ella, que se marchaba y lo hizo a finales de julio, según el relato.
“Ella decidió independizarse. Pero no duró sino dos meses. Cuando llamaba nos decía que estaba bien, que trabajaba y no nos alarmamos de nada porque siempre se le escuchaba bien”, dijo el familiar.
Varios días después de la muerte, la amiga fue la que le avisó a la familia en Las Mesas sobre lo ocurrido con la joven y luego la noticia llegó a Valencia.
“Nos vinimos con sacrificio, pero al mismo tiempo con miedo, porque no sabemos nada”, añadió otro familiar.
Por las prendas de vestir, unas pulseras y los tatuajes (una corona en el brazo y unas notas musicales en la espalda) sus familiares la identificaron.
En medio de las diligencias por reconocer el cuerpo, los familiares han contado con el apoyo de una funeraria y de la Cruz Roja colombiana que les ha dado un albergue en Colombia, por lo que se mostraron agradecidos. El cuerpo de la joven será enterrado en suelo colombiano.
La Opinión – Cúcuta