Sucesos
Laboraba como vendedor informal el joven de Anzoátegui asesinado en San Cristóbal
26 de enero de 2019
Tal como se había informado oportunamente, el joven que fue asesinado el miércoles junto con un estudiante de la ULA, tras finalizar la marcha en el centro de San Cristóbal, provenía de su estado natal Anzoátegui, y aunque se aclaró que no cursaba estudios universitarios en el Táchira, subsistía laborando en una frutería y vendiendo cigarrillos en las inmediaciones del Terminal de Pasajeros de La Concordia.
Así lo informó un grupo de amigos que como él, llegaron de otros estados a San Cristóbal para trabajar de manera informal y juntar el dinero necesario para emigrar a otro país en busca de mejor calidad de vida. Esa era la meta, a corto plazo, que tenía Eduar José Marrero, quien con apenas 21 años se las ingeniaba para lograr ese propósito, sino que velaba por la estabilidad económica de su pareja y de su progenitora en Anzoátegui.
“Era un muchacho trabajador. Los fines de semana prefería quedarse limpio, pero siempre le transfería dinero a su mamá”, “Él, al igual que nosotros y el resto del país, solo quería un cambio de gobierno, que nos escucharan, y así no tener que emigrar en busca de mejores oportunidades; su hermana ya se había ido, y del grupo faltábamos tres -incluyéndolo Eduardo- por completar los pesos para los pasajes… y nos lo quitaron”; “salió a la calle, fue a la marcha a protestar porque no tenía cómo comprarle las pastillas a su mujer”, fueron algunas de las impresiones que ofrecieron varios de sus amigos y compañeros este viernes en la mañana en la parte externa del Terminal, donde realizaron una corta protesta de calle en repudio a la muerte de Marrero y a la del estudiante de la ULA, Luigi Guerrero, de 24 años, la otra víctima fatal este 23 de enero.
“Un muchacho trabajador, honesto a carta cabal. Yo le di mi confianza total porque era muy responsable. Tanto es así que mire el apoyo que tiene, salieron todos sus compañeros a hablar por él. El 31 de diciembre lo invité a mi casa para que no lo pasara solo y allí estuvimos con mi familia. Luego me dijo que nunca había pasado un fin de año tan bien”, agregó un exjefe del muchacho.
Agregó también que la familia de Eduardo, aún este viernes, no había podido trasladarse al Táchira para reclamar el cadáver, en razón de todo lo que implica la distancia, el precio de los pasajes y el poco transporte público disponible; sin embargo, desde aquí, han sido sus compañeros los que han juntado un dinero para ayudar con los trámites funerarios del joven anzoatiguense, quien pese a haber sido trasladado de emergencia al Hospital Central, murió a causa de impactos de bala el brazo y zona axilar izquierda. (MB)