Dos personas fallecieron, y al menos otras dos resultaron con quemaduras, a consecuencia de un pavoroso incendio que aparentemente inició en una camioneta estacionada en un garaje de la misma, en el sector La Floresta, Cordero, municipio Andrés Bello.
El siniestro fue reportado entre las 10 y 10:30 de la mañana de este sábado, y hasta allá se desplazaron, en primer término, comisiones de Bomberos y Protección Civil de Andrés Bello, que pese a carecer de un camión cisterna procedieron sus funcionarios a tratar de sofocar las llamas que ya habían tomado el inmueble de dos plantas.
Importante el apoyo de los vecinos, que al igual que los rescatistas, se vieron en la necesidad de cargar el agua en tobos y en cadena humana, verterla sobre las llamas.
En el afán de rescatar con vida a las personas que se encontraban en el interior de la casa, los rescatistas hicieron un boquete en una de las paredes.
Sólo minutos después hicieron presencia efectivos de Protección Civil Táchira, al mando de su director Jaibert Chacón, en las unidades 86, la de Rescate 1, y dos ambulancias, así como efectivos del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal encabezados por el comandante Rafael Vivas, en las unidades 41, 18 y 40, además del camión cisterna que permitió extinguir por completo las llamas.
Aún así, los daños a la infraestructura fueron graves. La camioneta donde se presume que inició la conflagración se consumió hasta quedar convertida en chatarra.
Una vez los organismos de rescate pudieron ingresar a la vivienda, ya nada pudieron hacer por las personas que habían quedado atrapadas. En dos áreas distintas de la casa fueron hallados sus cadáveres.
Se trata de dos hombres que hasta primeras horas de la tarde no habían sido identificados y que se cree, fueron presas de las llamas, una vez se vieron asfixiados por el humo.
La muerte de ambos fue realmente sentida tanto por vecinos como por los rescatistas, que pese a las precarias condiciones en las que enfrentaron el incendio, hicieron lo humanamente posible para evitar las pérdidas humanas.
Miriam Bustos