La muerte de una joven periodista venezolana en el condado Miami-Dade, supuestamente a manos de su esposo, ha dejado conmocionados a amigos y personas cercanas a la pareja que no sospechaban que hubiera actos de violencia entre ellos. Mientras tanto, sus familias siguen buscando fondos para poder trasladar su cuerpo al país suramericano.
Wendy Norelys Bandera Madariaga, de 25 años y oriunda de Caracas, fue encontrada muerta el miércoles en la mañana dentro de un vehículo estacionado en las afueras del ayuntamiento de la ciudad de Hialeah. Su esposo Luis Siddartha Palacio Madariaga, un venezolano de 28 años, también estaba en el carro cubierto de sangre y fue trasladado en condición crítica al hospital Jackson Memorial.
Una amiga cercana a la joven, que pidió no revelar su nombre, comentó a el Nuevo Herald que la pareja estaba teniendo problemas últimamente y estaba a punto de divorciarse, pero aseguró que nada le había hecho temer que la crisis matrimonial acabara en sangre.
“Wendy nunca me dijo que él era violento, nunca pensé que llegaría a esto”, dijo la amiga, a quien se le quebró la voz y comenzó a sollozar levemente.
El miércoles, la hermana de la víctima, Wanda Bandera, abrió una campaña de recaudación de fondos para poder repatriar el cadáver a Venezuela, donde vive la familia cercana, para poder enterrar sus restos cerca de su hogar materno. Bandera también tiene otros familiares en Colombia.
En menos de 24 horas, la campaña ha logrado $785 de 31 personas que han donado entre $5 y $100. Unos cuantos incluso han comentado en la página Go Fund Me para darles un mensaje de aliento a la familia.
“Lamento mucho esta situación para ustedes como familia. Que Dios les de la fortaleza necesaria”, escribió un usuario identificado como Ricardo López.
Repatriar familiares fallecidos del sur de la Florida a Venezuela puede costar aproximadamente $8,000. Los dueños de la funeraria Valles, que tiene su sede en Venezuela pero que cuenta con una sucursal una sede en Miami, aseguraron que el proceso con ellos puede llegar a los $3,500, incluyendo la preparación del cuerpo, el proceso consular, el ataúd y el traslado a las ciudades de Caracas y Barcelona.
Si el destino final del cadáver es otra ciudad, el costo podría incluir una tarifa extra de traslado aéreo.