Nuevamente este lunes en la mañana, el sentimiento de impotencia y dolor se unieron con el de la búsqueda  de justicia, cuando frente  las instalaciones del Edificio Nacional de San Cristóbal, se reunieron familiares, amigos y excompañeros de estudios de Karla Romero Quintero, para exigir que se aplique la justicia de manera contundente e imparcial a todos los implicados  en su crimen, ocurrido en mayo del año pasado,  en Pirineos.

La razón de la concentración frente  a la sede tribunalicia obedecía a  que  un Mayor de la GNB,  de apellido Parra, el presunto autor intelectual del crimen, supuestamente  se iba a poner a derecho, por cuanto las investigaciones desarrolladas por el Cicpc y el señalamiento que contra él habrían hecho los dos sicarios capturados tras la muerte de la chica, así lo indicaban.

De hecho estos elementos de convicción llevaron a que el Tribunal Primero de Control, Audiencias y Medidas del Circuito Judicial en Materia de Delitos  Contra la Mujer,  el 18 de octubre de 2018  emitiera  una orden de captura en su contra, por Femicidio.

Sin embargo, al mediodía de este lunes, Parra no se había presentado en tribunales.

La preocupación de los seres queridos de la víctima  estriba en no sólo el poder económico que aparentemente ostenta Parra,  puesto que  presuntamente habría pagado 11 millones de  pesos a los sicarios, sino  que sostienen los familiares que al tener en este momento un importante cargo, como parte del anillo de seguridad presidencial, posee  influencias de todo tipo y maneja  dinero que lo harían sentir seguro de que no será detenido por el Femicidio  del que está siendo señalado, puesto que un supuesto nuevo pago que había hecho, le garantizaba que le fuera otorgada una medida cautelar sustitutiva de libertad.

Al mediodía de este lunes, Parra no se había presentado en tribunales.

Karla Romero, estudiante del cuarto año de Derecho en la Ucat, fue asesinada a tiros por dos motorizados, el 9 de mayo del 2018, en un hecho que inicialmente  se manejó como un robo, pero que poco a poco  fue descartando  como móvil, dando paso a una muerte por encargo,  por motivos pasionales.

Según familiares de la muchacha,  las investigaciones indican que este Mayor de la GNB, para ese momento comandante en Guadualito, habría tomado la decisión  de quitarle la vida  a Karla, al entender que ella no tenía ningún interés amoroso en él. Habría entonces contactado a otro funcionario de la GNB y a un civil, para que contrataran los “servicios” de dos sicarios, que efectivamente  la asesinaron.

Por esta razón, el 15 de octubre de 2018, el  mismo Tribunal Primero de Control, Audiencias y Medidas del Circuito Judicial en Materia de Delitos  Contra la Mujer, emitió  una orden de captura   contra el guardia nacional L.Becerra (31), quien junto al civil, W. Tovar ,estarían  ya fuera del país.

La  prematura  muerte de Karla no sólo resquebrajó la estabilidad  y enlutó a  su seno familiar, pues  como daño colateral,  cuatro meses después debió sufrir un nuevo dolor,  cuando su deprimido padre murió, al entregarse a una enfermedad a la que se negó a enfrentar. (Miriam Bustos)