En sólo tres días, tres venezolanos fueron asesinados en territorio colombiano, y aparentemente todos fueron víctimas de sicariato.
De acuerdo a registros policiales del vecino país, el jueves pasado, el cadáver abaleado de un joven localizado en la trocha La Playita, de La Parada, Villa del Rosario, correspondía al venezolano José Gregorio Murillo Sánchez, de 19 años, quien trabajaba rebuscando pasajeros para las busetas que se estacionan en este lugar..
Murillo fue interceptado por dos sicarios que le dispararon hasta causarle la muerte, pese a que a pocos metros, sobre el puente internacional Simón Bolívar, hay presencia de la Policía, los agresores no tuvieron ningún inconveniente para acabar con la vida del joven, para luego huir, ante la mirada de otros venezolanos y comerciantes de esta zona de frontera.
El mismo jueves, el mismo destino sufrió el adolescente de 17 años, Andy David Martínez Delgado, ultimado también en la trocha La Playita, de La Parada.
La mamá de la víctima recordó, que Andy le contó que estaba esperando un bebé con la mujer que compartía su vida en Cúcuta, desde hace seis meses, cuando arribó a la capital de Norte de Santander, proveniente de Venezuela.
Le habría dicho también a la madre que regresaría a Venezuela, “porque las cosas en Cúcuta no le estaban saliendo como él quería”. El adolescente trabajaba en La Parada como ‘arrastrador’ de pasajeros a las busetas.
La tercera víctima venezolana ya había escapado de un ataque previo, hace dos meses.
Lo conocían como “Caraquitas”, pero supuestamente se llamaba Miguel Antonio Rojas Suárez, de 27 años.
En laoportunidad anterior que lo atacaron a tiros, logró recuperarse al ser trasladado de emergencia al hospital. Pero este la madrugada de este domingo, finalmente, fue asesinado en el barrio San Miguel.
Se hallaba en la calle 7A con transversal 17, en el sector El Hueco, hasta donde llegaron dos hombres que le dispararon, mientras el hombre comía un perro caliente y bebía una cerveza, sentado en la acera.
Bastó un balazo en el rostro para que lo asesinos lograran su cometido. La detonación, ala 1:30 de la madrugada, alertó a los vecinos que al salir a la calle no vieron, al principio, el cadáver de “‹Caraquitas”, pero luego observaron su cuerpo“entre el borde de una pared y el suelo”, de acuerdo a un testigo.
Según la Policía colombiana, el venezolano era autor de varios robos a personas y del robo a un camión repartidor de refrescos.
Miriam Bustos