Sucesos

Reclamaron y sepultaron a uno de los pilotos de avioneta siniestrada

2 de julio de 2021

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A  poco más de un mes de ocurrido el siniestro aéreo en el que fallecieron dos personas en una zona montañosa tachirense, entre los municipios Jáuregui y Sucre, finalmente el cadáver de una de las víctimas fue reconocido por un familiar y, tras cumplir con los trámites reglamentarios, fue llevado hasta su última morada en el camposanto de San Cristóbal.

Se trata del piloto brasileño Uel Leite de Souza, quien este 1° de julio habría cumplido 71 años de edad, con residencia en Maringá, un municipio del norte del estado brasileño de Paraná, país desde el cual viajó a Venezuela uno de sus hijos para darle cristiana sepultura, pues su cadáver permaneció congelado por más de mes en la cava refrigeradora de la morgue del Hospital Central.

Con respecto al acompañante de Uel, de unos 40 años, contextura regular, cerca de un metro 75 de estatura y piel trigueña, de acuerdo a unos documentos hallados entre los escombros de la avioneta, como una tarjeta de crédito de la entidad bancaria Acesso Internacional, signada con el número 5292 0502 4702 3451, a nombre de Luis A. P. Espíndola, que se presume era suya, aún nadie ha acudido a reconocerlo, confirmar su identidad y reclamar su cuerpo. El hijo de Uel de Souza tampoco logró reconocerlo.

El piloto desconocido tenía, como señas particulares, tres tatuajes: uno de una serpiente en la región del antebrazo, lado izquierdo; otro con una calavera con dos huesos, en la región posterior de la pierna izquierda; y un tercero, un rayo y la letra “J”, en la región palmar del antebrazo izquierdo.

A diferencia de este piloto, a las pocas horas de Souza sí fue plenamente identificado y su pasado judicial salió a relucir cuando se conoció que tenía antecedentes por narcotráfico.

Aunque aún es un misterio la presencia de la avioneta en el páramo tachirense, así como las causas de que se precipitara a tierra, ese pasado judicial del experimentado piloto creó múltiples especulaciones, en el sentido de que era un vuelo ilegal y que su propósito en la zona, posiblemente, era el de buscar algún cargamento de droga o en su defecto, que acababan de descargarlo cerca.

Es que, hasta donde se sabe, ni las autoridades aeronáuticas del Táchira, ni las de Mérida, tenían conocimiento del plan de vuelo de la avioneta brasileña, con placa identificadora: Teledyne Continental Motors, con seriales: PN 631351 y SN H037301.

El sábado 23 de mayo, algunos habitantes de la zona observaron que una avioneta daba vueltas en el aire y luego se precipitó a tierra, por lo que en el acto, con ayuda de baquianos, se trasladaron al sitio donde presumían había caído la aeronave, haciendo el hallazgo de la misma, ya entrada la noche. Uno de los cuerpos quedó en la cabina; el otro había salido expelido varios metros, cayendo entre la maleza, en el sector El Cienagón, Laguna Grande, entre los páramos El Batallón y La Negra, del municipio Sucre.

Miriam Bustos

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