Tal como ya lo temían y habían denunciado, al poco tiempo de descubrirse un terrible crimen perpetrado a un ser querido y de concretarse las detenciones de cinco sospechosos, familiares de la víctima se encuentran indignados al conocer que efectivamente los presuntos autores del hecho, se encuentran en libertad.

Los familiares de Milciades Chona Rangel, de 34 años de edad, cuyo cadáver torturado, localizaron enterrado en terrenos de la granja avícola Tío Pollo, en Santa María de Carira, municipio García de Hevia, en noviembre pasado, hoy aseguran que sencillamente se sienten impotentes, rechazando que un tribunal haya dejado en libertad, a los que para ella (la familia), son los responsables del asesinato, todos empleados para ese momento, de la conocida empresa ubicada en la zona norte del Táchira.

“La semana pasada soltaron al último de los cinco detenidos que habían agarrado; es decir un vigilante, tres personal de transporte y la administradora de la granja. Pero no duraron presos ni seis meses. Lo único que nos queda decir es que a quine tenga algún familiar desaparecido, claramente podría estar ahí enterrado, porque el caso de Milciades no es el primero que pasa. Tenemos entendido que hace unos días cuando creció el río, hallaron los restos de una mujer, muy cerca de donde lo habían enterrado a él. O sea, que la cosa sigue igual”, dijo uno de los parientes del obrero.

Las circunstancias o condiciones en las cuales las cinco personas que estaban detenidas, quedaron en libertad, son ignoradas por los seres queridos del obrero, pero supuestamente les dijeron “que los habían soltado para que ellos mismos dizque buscaran a los verdaderos asesinos. Dios mío, dónde está la justicia”, se preguntó otro familiar.

El 10 de noviembre de 2017, en horas de la noche, Milciades fue secuestrado por un grupo de sujetos, incluyendo una mujer, que se hicieron pasar por funcionarios del Cicpc, y se lo llevaron de la finca donde trabajaba como ordeñador. Luego, lo habrían trasladado a terrenos de la mencionada empresa, donde luego de torturarlo, lo mataron a tubazos, y lo sepultaron al otro día, en una fosa.

El atroz del abominable crimen, hasta el momento no se ha confirmado, pero se rumoró que supuestamente Milciades denunciaría un robo que se había cometido en la granja; sin embargo, sus familiares no tienen clara esta situación, puesto que alegan que a él no le gustaba meterse en problemas, y menos, alardear de que lo presuntamente se dijo que iba a hacer.

Por otra parte aseguraron que Milciades no tenía vinculación con la granja, a excepción de que conocía a algunos empleados; de hecho, habría sido uno de ellos el que alertó a la familia de que esa misma noche que lo secuestraron, lo habían llevado por la fuerza, a hasta un galpón de la misma, donde fue torturado (le destrozaron el cráneo, manos y piernas, a tubazos) y luego en una ambulancia de la empresa lo movilizaron hasta un apartado lugar, en las adyacencias de la picadora, donde echaron el cadáver en la fosa que ya habían cavado, de unos cuatro metros de profundidad aproximadamente.

Fueron funcionarios del Gaes-Táchira los que investigando el secuestro del obrero, siguieron las pistas hasta llegar a la granja, donde procedieron a desenterrarlo, el lunes siguiente. (Miriam Bustos)