Sucesos

Su vida era una pesadilla y hasta la madre le dio una cuchillada: niña de 10 años asesinada y quemada en zona industrial de Maracaibo

1 de junio de 2018

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La vida de Yisleidy Carolina González, la niña de diez años a quien cariñosamente llamaban “La boli” y quien fue hallada la mañana de ayer carbonizada en la avenida 23 con calle 139 de la zona industrial de Maracaibo, se convirtió en una pesadilla.

Era la mayor de seis hermanos, cinco de ellos varones. Todos sumergidos en un estado de abandono y miseria. Yesibelth González, su madre, fue señalada como la responsable de dibujar con sus malas acciones ese triste cuadro de maltrato infantil cuya más significativa evidencia se registró el pasado año cuando le lanzó un cuchillo enterrándoselo en el pecho, revelaron sus parientes indignados y ahora arrepentidos de no haber actuado en esa oportunidad para que fuese llevada a prisión.

Esta mañana dos de sus hermanas relataron parte de la historia de esta pequeña mientras que Yesibelth callaba. No era precisamente porque el dolor no se lo permitía sino por falta de moral.

Mientras esto ocurría, médicos forenses le practicaban la autopsia a Yisleidy, quien desde ayer hasta los investigadores del CICPC-Zulia pensaron que se trataba de un niño o adolescente pues el cuerpo fue quemado entre escombros de basura. No fue hasta el miércoles en la noche que le observaron su genital y descubrieron que se trataba de una niña. Este mediodía indagaban los patólogos si la víctima antes de morir fue violada. También determinaran si fue asesinada con algún objeto contundente, arma o en su defecto fue estrangulada.

Yelani González, una de las hermanas de la madre de “La boli”, relató temprano que su sobrina era muy vivaz, alegre y que estudiaba cuarto grado. Todo en la vida de esta niña parecía ser normal al juzgar por ese relato  pero cuando periodistas de NAD acudieron a la calle 128 del sector Lilia Perozo II del barrio Integración Comunal, donde Yisleidy residía con su abuelo materno, descubrió que el verdadero mundo donde esta pequeña se desenvolvía era sombrío y triste. Así se puede resumir y uno de sus cinco hermanos menores, parecía ser un ejemplo de ello. El niño, de unos dos años de edad, yacía sentado y desnudo en la base de una cerca de bahareque con una mirada lánguida y llena de sufrimiento.

Sobraron voces en ese sector de Integración Comunal que revelaron lo que la niña Yisleidy hacia a diario. No estudiaba cuarto grado en el colegio Lilia Perozo como habían dicho sus tías, a quien calificaron de alcahueta. Ella llegó a estudiar en un colegio en el barrio Carmelo Urdaneta donde vivió con su abuela pero cuando esta murió, hace unos dos años, su madre, sumergida en el alcohol y la mala vida, se la llevó a casa de su padre.

Allí en Integración Comunal jamás piso una escuela. Ante la falta de atención de su progenitora y abuelo, la pequeña daba rienda suelta a sus ocurrencias de niña. La mitad del tiempo la pasaba en la calle pero se limitaba a hacer lo de una pequeña de su edad, jugar. Lo hacía en casa de primos y vecinos de su edad. Su tiempo en la calle no tenía límites pues no había una madre que pusiera recato. “Esa mujer se mantenía tomando aguardiente. Desde el domingo se perdió y no veía de sus hijos. Estaba en un bar llamado las latas en el centro de Maracaibo y allí recibió la mala noticia de la muerte de su hija”, dijo un cuñado de la madre. Publicó Noticia al Día

Cuentan familiares de Yisleidy que ella frecuentaba mucho la casa de una adolescente de 15 años conocida como “Yera”. El pasado martes la pequeña se enojó con su abuelo. De allí salió con una de sus primas a una escuela cercana. Luego su prima se quedó en la casa de su abuela y ella se fue para donde su amiga quinceañera. Dos días había estado allí Yisleidy, desde el pasado martes. Cuentan que ese día por la noche la vio por última vez uno de sus tíos apodado “El negro” frente a su frutería. Este le dijo que se fuera a su casa que ya eran como las nueve de la noche. Desde entonces no supieron más de ella hasta que ayer la hallaron sin vida en la morgue forense. El harapiento vestidito gris y sus botas fucsia con naranja que llevaba cuando desapareció, el fuego al parecer se encargó de adherírselos a su cuerpo.

Funcionarios de homicidios del CICPC-Zulia hasta los momentos no tienen indicios de quién pudo cometer tan atroz crimen. Desconocen si la niña fue asesinada y lanzada dentro de una bolsa en el lugar donde la hallaron carbonizada y si esta fue víctima de algún acto de violación, satanismo u otra acción perversa de una mente criminal.

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