Cerca de las 4:30 de la tarde de este miércoles finalizó la Audiencia de Presentación Física del abogado Jesús Alberto Berro, ante un tribunal de Control, decidiéndose a esa hora suspender la misma, por 48 horas más.
Con esta decisión, que sólo buscaba romper los lapsos, se entiende que para ese momento no existían elementos de convicción suficientes para imputar al detenido, por lo que se suspendió por hasta dos días más, tiempo que se estila en el país en este tipo de situaciones.
Sin embargo, el juez no indicó si la audiencia se reanuda el jueves o viernes.Tal como se estaba manejando, el delito que se le imputaría al detenido, es el de presunta extorsión.
Contrario a los que sus allegados presumían, que el abogado Jesús Alberto Berro, sería presentado a muy tempranas horas de este miércoles –cuando se cumplía el lapso legal para tal fin- no fue sino hasta las 12 del mediodía, cuando una comisión de las Faes, lo ingresó al Edificio Nacional para la correspondiente Audiencia de Presentación.
Fue detenido el día lunes
Desde primeras horas de la mañana, familiares, amigos y colegas abogados aguardaban en la sede tribunalicia, Foro Penal-Táchira asumió su representación.
El allanamiento a su bufete en el edificio Colonial, muy cerca de la sede los Tribunales, así como su detención, el pasado lunes antes del mediodía, generó inmediatamente una polémica que se extendió por días, en razón de la honorabilidad que precede al conocido abogado y criminólogo tachirense, que se ha desempeñado en distintos ámbitos, cargos y responsabilidades durante su larga trayectoria profesional.
Dos abogados que se encontraban en una oficina del mismo edificio, William León y Asdrúbal Ortíz, fueron dispuestos por los funcionarios, como testigos del procedimiento, que a juicio de los entendidos en la materia, no estuvo ajustado a derecho.
Otro punto que desató controversia fue el motivo de la aprehensión. Junto con él, las Faes también se llevaron a un hijo; colectaron de la oficina un CPU y les retuvieron sus celulares, que se considerarían como parte de la evidencia.
Con el pasar de las horas se fue aclarando el panorama, y de manera extraoficial, se manejó que a juicio de las autoridades, Jesús Berro, habría incurrido en un presunto delito de extorsión.
Avanzada la noche del mismo lunes, su hijo Johan, ya en libertad, se comunicó con este rotativo, para explicar que su padre estaba siendo víctima de una burda treta para implicarlo en el supuesto delito, que ya se presumía desde más temprano.
Aún indignado por lo que estaba ocurriendo y por la injusta situación por la que estaba atravesando su padre, Johan contó que un hombre al que una pareja de comerciantes había demandado por el delito de Apropiación Indebida Calificada, sería el autor de este hecho. Berro y su hijo, son los representantes y apoderados de la pareja demandante.
Se suponía –de acuerdo a lo que relató Johan- que esa mañana se había acordado una reunión, en el bufete de los Berro, entre las dos partes en conflicto; es decir el demandante y los demandados, en función del Acuerdo Reparatorio al que habían llegado, pero éstos últimos decidieron que fueran ellos, sus abogados de confianza, los que tuvieran ese primer encuentro con el querellado.
Ajenos estaban padre e hijo a lo que pasaría unos minutos después de que Berro comenzara a explicarle al demandado, en qué consistía un Acuerdo Reparatorio, dejándole claro, ante la pregunta que éste le hizo, sobre cuánto tenía que pagarle a los demandantes, que el monto sería acordado entre él y quienes lo estaban demandando.
Acto seguido, el hombre sacó un sobre manila, doblado a la mitad, que colocó en una mesa de la oficina, a la vez que dijo “yo lo que quiero es arreglar el problema, por aquí traigo este dinero”.
Instantes después se presentaron los funcionarios de las Faes, y como ya ha sido suficientemente dado a conocer, ejecutaron las detenciones.
Miriam Bustos