Familiares agradecieron a la comunidad ecuatoriana de Palora por la solidaridad
Jonathan Maldonado
Desde la casa 8-58 del barrio Lagunitas, en San Antonio del Táchira, hasta el cementerio Jardines, partió este sábado a bordo de un carro fúnebre el ataúd de Francisco José Mendoza Salazar, venezolano de 39 años, asesinado el pasado sábado 23 de noviembre en Ecuador, donde vivió por seis años, junto a su esposa y dos hijas.
«Hoy nos lo arrebatan, pero nadie va a borrar lo que fue él. No odio a nadie, nos lo quitaron, salió a buscar el pan de cada día. A esas personas, si me ven, los perdoné desde mi corazón», fueron parte de las palabras de Yaiskel Flores, su esposa, quien agradeció infinitamente al pueblo ecuatoriano de Palora por el apoyo brindado para lograr la repartición del cuerpo.
Su hija mayor, Aldryn Yaimar Mendoza Flores, también ofreció unas palabras antes de que el féretro fuera trasladado al cementerio: “En medio de la tristeza que nos acompaña por la pérdida de mi papá, me siento profundamente conmovida y agradecida por el amor y la solidaridad que nos han brindado”.
Aseguró que desde el primer día, cuando sus vidas fueron sacudidas por la tragedia, ellos estuvieron allí, «ofreciendo un granito de arena en cada momento difícil» que han tenido que afrontar en estos últimos días.
Subrayó que su papá fue un hombre «excepcional y fenomenal», que dejó una huella imborrable en sus corazones: “Aquellos que lo conocieron saben que su vida estuvo llena de amor y muchas enseñanzas. Él nos inculcó valores hermosos y un corazón humilde, legado que llevaremos por siempre con nosotros”.
El féretro de Mendoza llegó a Venezuela, específicamente a San Antonio del Táchira, el pasado viernes en horas del mediodía. Cruzó el puente internacional Simón Bolívar, luego de un traslado por tierra de más de cuatro días.
«Mi papá no llegó a Venezuela como lo quería, soñaba y deseaba, lo trajimos en esta caja. Nunca nos imaginamos en esta situación tan horrible, pero nuevamente, reitero, en nuestros corazones no existe el odio, estamos en paz y tranquilidad», resaltó la joven de 18 años.
El cuerpo de Mendoza ya reposa en el cementerio Jardines de San Antonio del Táchira. Su mamá, esposa, hijas, hermanos y demás allegados le dieron el último adiós.
«Nos arrebataron de una manera cruel a un hombre digno de admirar, buen hijo, buen padre, buen esposo y un amigo incondicional de quien buscaba su afecto. Gracias por hacer posible que él llegara a su casa, hogar, a su país. Quedó demostrado que la maldad no conoce fronteras, pero que los buenos siempre seremos más. Gordito te amamos y te amaremos por siempre», estas fueron las palabras de cierre, desde el cementerio, proferidas por Luz Flores, su cuñada.
A Francisco Mendoza lo asesinaron cuando prestaba un servicio de transporte en Ecuador. Fue un doble homicidio, ya que también perdió la vida el hermano del alcalde de la zona, quien fue el que lo buscó ese sábado para que le prestara el servicio.
Su familia espera que la justicia reine en este caso, que no quede impune.