Un chatarrero, de nacionalidad venezolana, se encuentra entre los tres cadáveres que arrojaron el 31 de diciembre en el lado venezolano del río Táchira.

Víctor Daniel Guerra Zambrano fue asesinado y mutilado junto a su pareja, Magda Alcira Torres, y Víctor Alfonso Cancino Escobar, estos últimos de nacionalidad colombiana, y luego lanzados a las aguas del río binacional.

Refiere el periódico neogranadino La Opinión que, este martes, un familiar de Víctor Daniel aseguró que él trabajaba como chatarrero entre Ureña (Venezuela) y El Escobal, y en esa actividad lo acompañaba siempre Magda Alcira.

 “La última vez que los vieron fue el 30 de diciembre, cuando salieron juntos a jugar un chance de lotería. Esa noche no llegaron y la noticia de que los asesinaron se conoció el 31”, contó el allegado.

Víctor Daniel era oriundo de Valencia, estado Carabobo, donde trabajó como ayudante de buseta.

“Él se vino (a Colombia) hace 4 años y llevaba  tres de relación con su mujer. No tenían hijos juntos, pero sí de relaciones anteriores”, agregó.

Mutilados

Del colombiano Víctor Alfonso Cancino Escobar, de 29 años, se dijo que era mecánico.

“Teníamos días que no hablábamos. El 31 de diciembre me enteré que estaba desaparecido. Supe que había ido a El Escobal en busca de una moto que le había quitado la Policía; al parecer, él llevaba los papeles para que se la devolvieran, pero no se le volvió a ver. Él trabajaba en un taller de motos de la Diagonal Santander”.

“Lo que le hicieron a mi hermano fue muy feo. Él era un muchacho sencillo y muy apegado a la familia. No se merecía una muerte así”, dijo este lunes una familiar de Víctor.

Su cadáver estaba dentro de un costal. Estaba sin piernas, lo identificaron por los tatuajes que tenía en la espalda. A unos metros, casi juntos, estaban los de Magda y el venezolano, pero no se reveló qué tipo de mutilación sufrieron.

El jueves 2 de enero, las autoridades colombianas hicieron el levantamiento de los tres cuerpos hallados en el río Táchira, por cuanto aseguraron que pasado el tiempo, sus homólogas venezolanas no lo hicieron.

De la existencia de los tres cuerpos se dieron cuenta los moradores de esa zona, la mañana del 31 de diciembre del 2019; sin embargo, solo fue dos días después que una funeraria colombiana, con previa autorización, trasladó los cuerpos a territorio colombiano para que la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) realizara la inspección técnica.

Miriam Bustos