En tiempo récord, con la detención de un sexagenario, este jueves en la tarde, y la identificación plena de otros cuatro  hombres implicados, funcionarios del Cicpc-Táchira esclarecieron  el reciente doble  homicidio  perpetrado en la carretera Trasandina, en el municipio Cárdenas.

De acuerdo con la información obtenida, los otros tres implicados  en el hecho, incluyendo a un funcionario de  un organismo  de seguridad del Táchira, estarían  siendo activamente buscados, aunque se presume que  ya salieron del país, huyendo.

El caso refiere como víctimas a Rafael Alberto Duque Molina, un vendedor informal, de 34 años, y el vigilante Maiker Jesús Rodríguez Francois, de 27 años, cuyos cadáveres abaleados fueron localizados el martes en la noche en un botadero de basura, entre El Junco y Palo Gordo.

Desde un inicio, los investigadores descartaron el móvil del robo, en razón de que en el sitio fue hallada una motocicleta, roja, propiedad de una de las víctimas, y las averiguaciones se inclinaron más hacia la tesis de la venganza o el ajuste de cuentas

Por la negociación de un arma de fuego

Fueron precisamente tales indagaciones, desarrolladas por funcionarios del Eje de  Homicidios, en las que se involucraron investigaciones de campo y otras diligencias de interés criminalístico, las que establecieron que los ahora cinco sindicados de participar en el crimen  planificaron la muerte de Duque Molina y Rodríguez  Francois, cuando  uno de ellos (un mecánico, en fuga) se vio imposibilitado de pagar el total -en pesos colombianos- por un arma de fuego que les habían comprado a las víctimas.

En este punto, la participación del funcionario policial, de 23 años de edad, habría sido como autor material del hecho, cometido con un arma orgánica perteneciente a la institución donde laboraba.

De hecho, la misma fue recuperada y los análisis balísticos arrojaron que corresponde con la utilizada en  los dos asesinatos; pese a que el policía trató infructuosamente de deslindarse de las investigaciones, al devolverla al parque de armas y cambiarla por otra, que se le incautó en su casa, junto con un uniforme de la institución a la que pertenece  y otras indumentarias  policiales y de  uso personal, que además de un vehículo fueron colectados como evidencia y quedaron a disposición del Ministerio  Público.

Se dijo extraoficialmente que el funcionario abandonó el servicio y supuestamente se encuentra en Colombia, al percatarse que el Cicpc le seguía la pista muy de cerca, al igual que lo hacía con los otros implicados en el  crimen. (MB)