El hecho violento se da a escasos metros del puente internacional Simón Bolívar
Jonathan Maldonado
A simple vista, el joven daba la impresión de estar dormido. Quedó sentado y con sus brazos y cabeza sobre la barra de la licorería donde departía. Sin embargo, la presencia de la Policía Metropolitana de Cúcuta, la cinta amarilla y el tumulto de gente con la mirada fija hacia el establecimiento, permitía entrever que un hecho violento acaba de suscitarse.
Todo apunta a que el sicariato registrado cerca de las 3:30 p.m. de este sábado 12 de octubre en La Parada, en Villa del Rosario, estaría sujeto a un ajuste de cuentas entre grupos irregulares que operan en la localidad comercial.
A escasos metros del puente internacional Simón Bolívar, el más frecuentado de los cuatro que unen a Táchira con Norte de Santander, la existencia del joven fue segada, en medio de una frontera que registraba gran movimiento de vehículos y transeúntes a esa hora.
El ataque a bala lo habría perpetrado un hombre a bordo de una motocicleta color blanco. El sujeto se habría apeado del vehículo, se acercó al hoy occiso y, sin mediar palabras, le disparó. En el hecho también resultó herida otra persona, conocida como «El Mocho».
«El joven que mataron tenía aproximadamente 26 años. Era reciclador venezolano, pero en varias oportunidades le colaboraba al Tren de Aragua en el cobro de la cuota que pagan algunos taxistas en la localidad», apuntó una fuente consultada por La Nación.
Sobre «El Mocho», trascendió que también es venezolano que mueve sus tentáculos en la localidad colombiana. De acuerdo con el reporte preliminar de la Policía, el hombre resultó herido en su pierna y fue trasladado al Hospital de Villa del Rosario.
En las últimas semanas, La Parada ha registrado dos ataques con granadas, más de tres asesinatos y otros actos violentos que hacen cada día más vulnerable a un barrio donde el comercio se mueve bajo la amenaza de criminales que se disputan espacios y obligan al pago de vacunas.
Este último hecho sicarial avivó el temor en quienes frecuentan a diario una zona que congrega a decenas de venezolanos al día: los que acuden a hacer algún movimiento comercial y los que laboran en el punto, en diversos oficios informales.
Comerciantes piden operativos que den resultados contundentes, pues el asesinato se presentó muy cerca al punto donde se establecen funcionarios de la Policía, de Migración Colombia y de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN).
«La identidad del occiso aún no se conoce, ya que ningún familiar se ha acercado y no portaba documentos de identidad», remató la fuente consultada por La Nación.