Sucesos

Usaban chalecos antibalas asesinos de la cambista Wendy

6 de noviembre de 2021

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Miriam Bustos

Tal y como se presumía, detrás del homicidio de la joven cambista, Wendy Mayerlin Benítez Sanguino, podría existir alguna otra motivación, adicional al robo: no dejar testigos vivos que pudieran reconocer a los homicidas.
Investigadores y amigos de la fallecida presumen que pudieran estar involucrados funcionarios policiales en el crimen y que el tema de la extorsión estaría presente en este hecho que se registró el pasado viernes 29 de octubre, en ‘la invasión’ de Sabaneta, parroquia La Concordia, vía al llano.
De acuerdo a lo que se ha podido conocer por parte del gremio de cambistas informales que opera en la urbanización Juan Maldonado, desde hace un tiempo, entre 60 y 70 personas que se dedican a este oficio (comprando y vendiendo divisas extranjeras) han venido siendo extorsionadas descaradamente por presuntos funcionarios de al menos dos cuerpos policiales de la entidad, para permitirles que operen allí.
A uno de estos dos organismos presuntamente pertenecerían los asesinos de Wendy, que además hirieron gravemente a su compañera, Angely Herrera, de 23 años, quien logró sobrevivir al ataque, y ahora se considera que no la remataron porque pensaron que había muerto al instante. Ambos asesinos usaban chalecos antibalas.

Presión y extorsión
“Nosotros trabajamos en el terminal, desde hace como dos años, sin ningún problema. Luego comenzamos a trabajar aquí por nuestra propia cuenta (en la urbanización Juan Maldonado, y fue cuando llegaron ellos a decirnos (los presuntos policías extorsionadores), y nos dicen todavía, sin importarles lo que le pasó a Wendy, que teníamos que ´colaborar´, porque lo que nosotros hacemos es ilegal”.
—La cuota que nos pusieron fue de 5 mil pesos semanales por persona; y bueno, algunos aceptamos porque necesitamos trabajar, pero otros, que no podían, pues se negaban, estaban rebeldes, porque no llegaban a cubrir esa cuota— relató uno de los cambistas consultados que, por temor a represalias, pidió no revelar su identidad.
“Entonces empezaron a amenazarnos, a decirnos que nos iban a mandar a ´partir´ y a sembrar evidencias -continuó-, y que después que estuviéramos presos, no nos quejáramos. Y hace como un año, ese organismo policial nos llevó a todos detenidos, alegando que estábamos cubriendo algo así como una venta de drogas. Nos pasaron a Fiscalía, y también como 3 millones de pesos que nos incautaron esa vez. Estuvimos presos como 20 días, pero después salimos todos en libertad plena, y nos devolvieron íntegro el dinero, porque se comprobó que no había nada ilegal. Eso, por supuesto, molestó a los funcionarios. Hace como cuatro meses, otra vez nos llevaron presos. Hicieron lo mismito, a unos les quitaron el dinero, y a otros no. Una extorsión, pues”, consideró el declarante, quien por razones de seguridad pidió omitir su nombre.
Refirió la fuente que, después de este evento, miembros de otras unidades especiales, de ese mismo organismo, se unieron a la extorsión colectiva que ya habían iniciado sus compañeros, la cual mantienen. Al mismo tiempo, comenzó a hacerlo otro grupo de policías, de un segundo órgano de seguridad policial, que les exigió una cuota diaria de mil pesos, por cambista. Las amenazas continuaron por parte de este nuevo cuerpo policial, si se negaban a pagar.
“Nos decían cosas terribles. Que nos iban a ´embalar´. O sea, ya estábamos, o estamos, pagando –por cabeza- como 60 mil pesos semanalmente a estos grupos de extorsionadores, un monto que la mayoría no puede pagar. Y desde hace tres meses para acá, comenzaron a asediar a Wendy y a su entorno”, contó.

Ataques anteriores
Al referirse concretamente al caso de Wendy, dijo que quizás ella y Angely los reconocieron y por eso les dispararon.
Acotó desconocer qué ha podido atestiguar hasta el momento esta última. Aunque sabe que se está recuperando, consideró que, en razón de ser la testigo más importante del caso, su seguridad debe ser garantizada; más aún si, como sospechan, los responsables son policías.
Contó que, desde el mes de julio, aproximadamente, un grupo de chicas cambistas, entre las que se encontraba Wendy, comenzaron a ser víctimas de asedio y agresiones.
“Eso venía desde hace un tiempo. En el mismo sector, hace como dos o tres meses, a una de ellas le dieron un cachazo en el ojo, le dispararon en una pierna y le robaron 10 millones de pesos. Fueron dos hombres ´empistolados´. Parecían funcionarios, que era innegable, me dijeron. Que llegaron a pie, pero que, más abajo, los estaban esperando en unas motos”, refirió el cambista.
—Después, hace como un mes, antes de que asesinaran a Wendy, ella iba con otras dos muchachas en una sola moto y cerca de su casa las interceptaron. Le dieron cachazos a Wendy, para quitarle 6 millones de pesos y el teléfono. En esta oportunidad, los tipos iban en una camioneta Blazer, que no la carga cualquiera, como entre dorada y marrón. Por los nervios, nadie pudo tomar nota de las placas, pero según los vecinos eran funcionarios; las botas que tenían, la actitud, todo. Llegar y robarlas así, sin importarles nada, eso solo lo hace alguien que se siente con poder. Uno de los hombres, el que las abordó, fue violento y las llamó malditas cuando les pidió la plata—- narró en medio del dolor por la muerte de la amiga.
—Eso se denunció –dijo- pero para cuando asesinaron a Wendy, no había respuesta. Ellas pidieron ayuda, denunciaron porque sabían que en cualquier momento podían matar a alguna, como pasó”, explicó.
“Lo más cruel –sostuvo- es que esta vez, que asesinaron a Wendy, ni ella ni Angely tenían nada de plata. O sea, la mataron solo para robarles los simples teléfonos. No es justo.

Protestaron para exigir justicia
Este martes, familiares, amigos y compañeros de trabajo de Wendy Benitez, con carteles en mano, hicieron una protesta de calle en la zona en la que laboran para exigir que las investigaciones que conduzcan hasta sus asesinos sean llevadas hasta sus últimas consecuencias.
En una de las cartulinas en las que plasmaron sus exigencias hicieron mención a la demanda del cese de la extorsión, y que el homicidio de Wendy no quede impune.
Como ya se informó, Wendy fue asesinada cuando se hallaba con Angely, muy cerca de su casa.
Dos hombres armados, en moto, las interceptaron y les exigieron sus pertenencias. Antes, una de ellas, en razón de los recientes robos y ataques de los que habían sido víctimas, lanzó las llaves de la moto en que se movilizaban hacia el interior de una bodega para evitar que también las despojaran de su pequeño vehículo.
Ambas fueron despojadas de sus carteras y teléfonos celulares, pero el hecho que los asesinos les hubieran disparado antes de darse a la fuga, hizo presumir, sobre todo a sus allegados, que algo más había detrás del ataque, porque si ya habían logrado su cometido de robarlas, asesinarlas fue desproporcionado.
Wendy murió minutos después de que fuera trasladada de emergencia al Hospital Central de San Cristóbal en una ambulancia del Cuerpo de Bomberos, debido a que el proyectil ingresó por el intercostal y le perforó un pulmón.
Angely recibió un tiro el tórax, con orificio de salida en la espalda, pero se recupera.

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