Valeria Márquez y María José Estupiñán, dos casos de feminicidio ocurridos esta semana en Latinoamérica, con similitudes en el modus operandi de los sicarios que dispararon contra sus humanidades.

Las jóvenes, una de 23 años, habitante de Jalisco, en México, y la otra de 22 años, residente de Norte de Santander, en Colombia, habrían presentado problemas con sus exparejas, tenían influencia en las redes sociales y, pese a la corta edad, manejaban emprendimientos exitosos.

El caso de la joven mexicana fue bastante dantesco. Su asesinato quedó grabado durante la transmisión que ella hacía en sus redes sociales, el martes 13 mayo, cera de las 6:30 p.m., y donde se mostraba preocupada, pues horas antes un supuesto domiciliario había acudido a buscarla.

Márquez, por los comentarios que profirió en su transmisión, presintió que algo malo estaba a punto de pasarle. Pasaron minutos y un hombre entró a su estética, preguntó si ella era Valeria y, al recibir la afirmación, le propinó varios disparos, segándole la existencia.

Dos días después, Estupiñán fue asesinada por un hombre que llegó a su casa el jueves 15 de mayo, cerca de las 8:30 a.m., haciéndose pasar por un domiciliario. El sicario le disparó una vez que ella salió al porche de su casa, situada en el barrio El Bosque de Cúcuta.

Los gritos de familiares quedaron registrados en las cámaras de seguridad, al igual que la huida del victimario, quien corría ataviado en un buzo y tenis negros. También portaba una gorra roja y su cara cubierta.

La joven cursaba el séptimo semestre de Comunicación Social en la universidad Francisco de Paula Santander. El homicidio causó conmoción en la comunidad académica y en la población en general.

Un día antes del crimen, la joven había acudido a una citación a la Fiscalía, donde le notificaron de un fallo a su favor e indemnización de 30 millones de pesos. En el 2018, había interpuesto una denuncia intrafamiliar contra su expareja.

En ambos casos, tanto las autoridades de México como las de Colombia, investigan a sus exparejas. Familiares esperan que estos asesinatos no queden impunes. Solo en el país azteca, cerca de 10 mujeres y niñas son asesinadas cada día.

Jonathan Maldonado