Al menos dos de los sujetos que lograron evadirse de las autoridades la semana pasada, cuando se frustraron acciones terroristas en la zona norte del estado, deben estar vinculados con el homicidio de un funcionario de la GNB, asesinado en 2020, en medio de una emboscada perpetrada por al menos 50 irregulares, en Guarumito, municipio Ayacucho.

La versión se desprende luego de confirmarse que la moto de alto cilindraje, Kawasaky Versys, blanca, año 2010, motor 600, incautada durante el procedimiento adelantado el martes por una comisión militar en un camellón que conduce a Tres Islas, estaba asignada al sargento primero Luiyit José Rangel, de 28 años, adscrito al Destacamento 213 del Comando de Zona 21 de la GNB, ultimado de un balazo durante el ataque registrado el 2 de abril de 2020.

Ese día, Rangel y otros tres compañeros motorizados se encontraban patrullando en Guarumito, cuando un grupo de sujetos armados comenzó a disparar contra ellos desde la zona boscosa.

Rangel fue herido en la región costal derecha. Sus compañeros lograron escapar de la línea de fuego, llevándose con ellos al joven militar. Lo trasladaron hasta un centro asistencial del sector, pero fue ingresado sin signos vitales.

Sus compañeros describieron a los atacantes, con vestimenta camuflada y portando armas de fuego de alto calibre, identificándolos -para aquel momento- como presuntos miembros del grupo paramilitar Los Rastrojos. En la huida, tanto la moto de Rangel, como un arma de fuego y una segunda moto oficial, fueron abandonadas en el sitio del ataque.

Hoy, casi un año después de ese suceso, el diputado Freddy Bernal, quien ofreció detalles sobre las recientes acciones que permitieron frustrar ataques contra puestos militares en Boca de Grita, identificó a los autores de estas pretensiones como miembros de las “Autodefensas Gaitanistas del Cártel del Golfo”.

El hecho es que uno u otro grupo, o la coalición de ambos, definitivamente tienen vinculación con el homicidio del militar, luego de que su moto fuera recuperada.

Al momento de arribar la comisión al referido camellón, dos hombres que iban en la mencionada moto huyeron. Atravesaron a nado el río Grita, logrando escapar hacia territorio colombiano.

Pero, además de la moto, dejaron abandonado un bolso, en el que guardaban una granada fragmentaria, tres explosivos de fabricación casera, construidos con tubo PVC; cuatro estopines; medio metro de cordón o mecha detonante, y tres kilos de pólvora negra.

La detención de esos dos hombres sería vital, no solo para esclarecer el homicidio de Luiyit Rangel, sino para confirmar el ataque a instalaciones militares venezolanas en la frontera.