Sucesos

“Yo la maté, yo la maté”

16 de agosto de 2021

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La comunidad del barrio Simón Bolívar, en Rubio, vía Las Dantas, aún no se recupera del gran impacto que entre los vecinos ocasionó el brutal asesinato de una joven mujer, a manos de su expareja, quien la atacó a cuchillo en la habitación donde dormía, en presencia de dos niños, hijos de la víctima, y la madre del presunto asesino, que resultó herida cuando intentó detener la furia asesina de su hijo, conocido como Caracas, quien cometió el hecho por motivos de carácter pasional.

Los hechos ocurridos a eso de las once y media de la noche del martes, 10 de agosto, movilizaron hasta el lugar a diferentes organismos policiales, en primera instancia a efectivos de la Policía del estado Táchira, que inicialmente fueron notificados sobre una riña ocurrida en una vivienda de la carretera nacional, vía a Las Dantas, y llegaron apenas a tiempo para apresar al presunto responsable, a quien visualizaron en la vía pública con un arma blanca en la mano y bajo una especie de trance. Pese a que intentó resistirse al arresto, rápidamente fue sometido y desarmado por dos jóvenes integrantes de la Brigada Motorizada.

Reportes de riña

Según la versión suministrada por voceros de la policía del estado Táchira, que llegaron en pocos minutos al lugar donde ocurrió este femicidio que ha causado gran consternación en diversos sectores del municipio Junín, en horas de la noche del martes se recibió una notificación telefónica en el comando de PoliTáchira por parte de personas residentes en la vía principal del barrio Bolívar, que notificaban una alteración de orden público, al parecer una riña, y haber escuchado gritos de auxilio.

De inmediato se comisionó a funcionarios de la Brigada Motorizada para que se trasladaran al lugar de los hechos. En efecto, se pensó que se trataba solo de una simple pelea, según la versión aportada por los vecinos, y por ello los policías aceleraron el paso para llegar pronto al lugar de los hechos y restablecer el orden y la tranquilidad en el vecindario.

Cuando los motorizados se acercaban al sitio, visualizaron en la carretera nacional que lleva a Las Dantas a un hombre que caminaba por la calle con un cuchillo entre sus manos y rápidamente se dirigieron hacia él, pues presumieron que se trataba de uno de los participantes en la riña. El hombre, aparentemente, estaba fuera de sí y solo atinaba a decir: “Yo la maté, yo la maté”, palabras que para ese momento no tenían ningún sentido para los uniformados, pues desconocían que en realidad había ocurrido un femicidio y que en ese momento se encontraban en presencia del supuesto asesino, que intentaba escapar.

Visita fatal

De las primeras investigaciones desarrolladas por las autoridades policiales se supo que la dama fallecida sostuvo una relación sentimental con el presunto autor del femicidio, identificado como J. J. Monsalve Durán, venezolano de 49 años de edad, natural de Caracas, de cuya unión nació una niña. Entre la pareja se presentaron algunos problemas a causa del comportamiento violento del hombre y los constantes atropellos que cometía contra la mujer, que llevaron a poner fin a la relación. De hecho, Monsalve presentaba antecedentes de vieja data por cuestiones de violencia, situación que lo había llevado a la cárcel en diversas oportunidades.

El hombre no se resignaba a aceptar la separación y buscaba una reconciliación. Inclusive, recientemente había viajado a Colombia para someterse a un tratamiento para controlar sus reacciones y cambiar su temperamento violento. Esta fue la razón por la cual Ruth Nohemí Rubén se trasladó a la casa de su exsuegra, en la vía a Las Dantas, para dispensarle una visita y llevarle a la nieta, para que la vieran. Se sentía segura porque su expareja estaba fuera del país. En realidad, el hombre había interrumpido su tratamiento y regresó a la residencia de su progenitora, donde luego ocurriría la tragedia.

La mujer fue convencida por la madre de Caracas, quien cuenta con 73 años de edad, para que esa noche se quedara en su casa. La joven no sospechaba que su expareja se encontraba en allí, pues creía que estaba en Colombia, en rehabilitación. Al enterarse de su retorno antes de tiempo, Ruth Nohemí se puso muy nerviosa, pero a pesar de ello aceptó pernoctar en esa vivienda, solo si le permitían hacerlo en la misma habitación de la abuela. Así fue. En el dormitorio se quedaron la señora Carmen Emilia, madre de J. J. Monsalve Duarte; su exnuera Ruth y los dos niños, hijos de la mujer.

Cuentan que desde su habitación, el hombre comenzó a llamar a Ruth para que fuera a su cuarto, para conversar, pero la mujer se negó. Varias veces intentó convencerla y ante el rechazo, sorpresivamente, irrumpió en la recámara de su progenitora, cuchillo en mano, que utilizó para atacarla. Ruth no logró defenderse y fue asesinada sin compasión. El ataque ocurrió en presencia de los dos aterrorizados niños, uno de ellos hijo de la pareja, que dormían con su mamá.

La anciana de 73 años ocupaba una cama contigua e intentó detener el ataque, gritó a su hijo para que parara, pero este no hizo caso; incluso trató de proteger a Ruth, por lo que también sufrió heridas en una mano.

La trifulca ocurrida en la casa y los gritos escuchados por los vecinos hicieron suponer que estaba ocurriendo una riña y así lo notificaron a la policía. Ignoraban que en realidad lo que estaba ocurriendo era un brutal asesinato, un femicidio.

Caracas fue trasladado a la sede de PoliTáchira en Rubio, para ser colocado a las órdenes de la Sala de Flagrancias del Ministerio Público, imputado por el presunto delito de femicidio. Como evidencia, fue aportada el arma blanca supuestamente incriminada. Al momento de revisar los antecedentes del sospechoso, se encontraron los siguientes: Aprehendido por violencia física contra la mujer, el 6 de septiembre del 2010; violencia y amenaza, el 4 de abril del 2014; violencia física, el 7 de enero del 2019 y el 26 de junio del 2021, hace menos de dos meses. Pese a sus antecedentes de violencia, registrados policialmente, se encontraba en libertad.

“¡Ese fue, ese fue!”

 El comisario general Wilman Rivera Torres, director de la policía del estado Táchira, al comentar lo ocurrido, explicó que en ese momento se impusieron la malicia y la formación profesional de los funcionarios policiales, que lograron detectar a la persona en momentos en que emprendía la huida, tratando de dejar atrás la escena del crimen. Al impartirle la voz de alto, el sujeto intentó resistirse, pero rápidamente lograron someterlo, pese a que tenía en sus manos un cuchillo, que luego se determinó es el arma incriminada.

El hombre, también conocido como Caracas, fue esposado y en una de las motocicletas policiales se continuó el recorrido hasta el lugar donde ocurría la supuesta riña. Allí les esperaba otra sorpresa, pues al llegar fueron rodeados por una turba que, señalando al detenido, les decían “¡Ese fue, ese fue!”. Incluso se presentaron amagos de agresión, que fueron controlados por los uniformados.

Fue entonces cuando se enteraron sobre lo que realmente había ocurrido. Fueron notificados que en el interior de una de las viviendas estaba el cuerpo sin vida de una mujer que había sido atacada con arma blanca por su expareja, precisamente el mismo sujeto que se encontraba esposado en una de las motocicletas de PoliTáchira.

Los uniformados entraron a la casa para verificar lo ocurrido y se encontraron con el cuerpo sin vida de una joven mujer, sobre una cama, quien vestía ropa interior y presentaba múltiples heridas causadas con arma blanca. La identificaron como Ruth Nohemí Rubén Tupuro, de nacionalidad venezolana y 23 años de edad, de oficios del hogar, nacida en Valencia, estado Carabobo, madre de dos niños. Se apreciaron en el cadáver al menos diez heridas, inferidas con arma blanca, en el abdomen, tórax y extremidades superiores.

Ante la gravedad de los hechos, los uniformados de PoliTáchira solicitaron refuerzos y asumieron la custodia del lugar del crimen, en preservación de evidencias, mientras llegaban los detectives Contra Homicidios del Cicpc de Rubio, que asumieron las investigaciones y procedieron al traslado del cadáver a la morgue del hospital de San Cristóbal para la correspondiente autopsia.

Armando Hernández

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