Para el experto en seguridad digital y miembro de FundaRedes, organización pro defensa de derechos humanos, Adolfo “Fito” Baptista, el uso de ciertas aplicaciones que se han vuelto tendencia o moda en los últimos días, como AppFace, podría generar serios riesgos para la seguridad de los usuarios, “pues las personas no conocen hasta qué grado exponen sus datos a empresas que podrían utilizarlos para su beneficio económico o, peor aún, para vigilancia biométrica”.
Señaló que aplicaciones como AppFace, un sistema que utiliza filtros artificiales para cambiar a las personas de género o cambiar su edad, hasta parecer bebés o verdaderos ancianos, se ha convertido en un verdadero reto para la seguridad digital, ya que su política de privacidad no se ajusta por completo a las exigencias vigentes en el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea.
“La gran mayoría de los usuarios que descargan este tipo de aplicaciones no leen las condiciones de uso y al parecer la letra pequeña de esta «app» oculta detalles preocupantes, ya que se reserva el derecho de usar la información personal de los usuarios y las fotos que hagan con fines comerciales, aunque prometen que no los venden a terceros sin el consentimiento del usuario, pero no hay garantía de ello”, explicó Baptista.
Uno de los aspectos de la política de seguridad de la aplicación AppFace -continuó el experto en seguridad digital- que genera alarma entre los defensores de los derechos digitales, es que se utilice la información recopilada por la aplicación para construir bases de datos que puedan ser vendidas a otras compañías o gobiernos para la vigilancia masiva o biométrica, “el simple hecho de tener los rostros de las personas y que se puedan asociar a un correo o una dirección MAC de un teléfono, es alarmante; los usuarios no conocen los alcances de estas acciones”.
“Con estas apreciaciones no quiero decir que la compañía creadora de esta popular aplicación vaya en un futuro a vender los datos, pero existe la posibilidad, ya que el contrato o las normas que el usuario autoriza cuando se descarga la aplicación no se actualizan desde hace dos años; tampoco están suficientemente claras ni se encuentran apegadas al nuevo reglamento de protección de datos de la UE, por lo que no se sabe qué datos se van a compartir con la aplicación y cuál es el uso que van a hacer de ellos”, aseveró Baptista.
Las personas – afirmó el miembro del equipo de FundaRedes- no conocen las vueltas que dan los datos alrededor del mundo, “se dice que los datos van a ser el mayor negocio dentro de unos 5 o 10 años”.
Como parte de sus apreciaciones en cuanto a la seguridad digital, Adolfo “Fito” Baptista manifestó que las condiciones en el manejo de los datos por parte de las empresas creadoras deben cambiar, “y explicar de forma sencilla al usuario, al momento de descargar una App, qué tipo de información quiere o a cuál puede tener acceso la compañía y cómo va a ser tratada en un futuro”.