Ese viernes 31, a las diez de la mañana, y en un acto especial, será bautizada la avenida “Carlos Andrés Pérez” en homenaje al dos veces presidente de la República, nativo de Rubio y que realizó una serie de obras en provecho de esta región.

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Víctor Matos

La ceremonia tendrá lugar frente las instalaciones de la sede de Protección Civil, en Pueblo Nuevo, a la que acudirán dirigentes de Acción Democrática e invitados de entes afines al pensamiento de este político que defendió hasta el último momento su talante democrático.

Este nombramiento póstumo cumple con el decreto de Cámara aprobado en el 2018 por la municipalidad de San Cristóbal, según lo dio a conocer Rafael Moreno, presidente de la Fundación Carlos Andrés Pérez en el Táchira.

La citada arteria comienza frente a la Unet, continuando por el Complejo Ferial y enlazando con Quinimarí, y está ubicada en los barrios Sucre y Libertador, para extenderse en un futuro cercano por el proyectado tramo que finalizará en la redoma de las avenidas Rotaria y 19 de Abril.

El expresidente Carlos Andrés Pérez nació en Rubio, el 27 de octubre de 1922, y falleció en la ciudad de Miami, el 25 de diciembre del 2010, y fue el primer político de la era democrática que estuviera por dos veces ejerciendo la primera magistratura en el país, de 1974 a 1979 y más delante de 1989 a 1993, cuando fue defenestrado por un juicio político en su contra.

Aquí, en su tierra, dejó importantes iniciativas, como la creación de las agroindustrias, el impulso a la represa de Uribante-Caparo, la Zona Industrial de La Fría, la autopista San Cristóbal-La Fría, la ejecución de desarrollos urbanísticos, como el de Pirineos, hasta que su carisma y liderazgo se vinieron a menos debido a la crisis económica que heredó de su antecesor, Jaime Lusinchi, que originó el llamado “Caracazo” y que después desembocó en 1992 en dos intentos de golpes de Estado, el primero el 4 de febrero, a cargo del comandante Hugo Chávez, y el segundo el 27 de noviembre, por parte de Francisco Visconti.

Este reconocimiento a su labor se debe al recuerdo de muchos de sus seguidores, que siempre defendieron su gestión, hasta en los momentos más álgidos de su existencia. Murió en Miami, luego de un derrame cerebral, prácticamente abandonado por muchos de sus propios seguidores.