Norma Pérez
Como denigrante y violatorio de los derechos humanos calificó la Directora Decana del Instituto Pedagógico Rural “Gervasio Rubio”, María Trinidad García, el salario de los trabajadores universitarios en Venezuela.
Esto, con respecto al incremento salarial otorgado por el gobierno nacional a partir del 1ero de mayo el cual según explicó la doctora García no dignifica al quienes laboran en las casas de estudios superiores pues la situación salarial es deprimente y está muy lejos de dar cobertura a las necesidades básicas.
Resaltó que no es posible que un trabajador universitario perciba un sueldo que no alcance para comprar ni un kilo de carne.”Esto demuestra que estamos ante una realidad de un sueldo de hambre, lo que trae como consecuencia una serie de problemas para docentes, empleados y obreros”.
Entre las muchas dificultades a las que deben enfrentarse se encuentran los problemas de salud por la mala alimentación, alteración de los estados emocionales y problemas psicológicos. Afecta al entorno familiar, sobre todo a los hijos a quienes se les mutila su calidad de vida.
“Aunado a esto se presenta la destrucción del sistema social, donde los trabajadores ganan un sueldo miserable, pensionados y jubilados reciben un ingreso que no les alcanza absolutamente para nada, ni para dar cobertura a sus tratamientos médicos y sin protección social ya que los seguros no funcionan en las clínicas ni el sistema de farmacias”, expuso para mostrar que ya no cuentan con este importante beneficio.
Otro aspecto que destacó es que el Ministerio de Educación Universitaria no ha dado respuesta acerca del fideicomiso del personal de servicio, ni del 8.5 para los docentes y personal administrativo, nuevamente violando los derechos de las convenciones colectivas firmadas.
Manifestó que como autoridades valoran todo el esfuerzo, la resiliencia y el nivel de aguante de sus trabajadores, quienes a pesar de las condiciones adversas continúan apostando por una universidad pluralista y democrática.
“Es una situación muy clara de sobrevivencia colectiva que tenemos a causa del Covid-19 y deplorable por la actitud del ministerio que no ha dado respuesta para atender nuestras necesidades como universitarios durante la cuarentena. Hay otras instancias que han apoyado a sus trabajadores por medio de bonificaciones y el sector universitario se ha mantenido al margen de estas reivindicaciones otorgadas por otros ministerios.
Considera que no se puede exigir a un trabajador que se esfuerce en sus labores o asista regularmente si el sueldo no le alcanza para un día de manutención ni para cubrir el traslado desde su casa hasta la universidad. El sueldo está afectado por la hiperinflación y siempre la exigencia ha sido que se ajuste en función de los niveles inflacionarios del país para poder contar con un ingreso acorde a la labor que se realiza dentro de los centros de educación superior.
En lo que concierne a las renuncias por parte del personal este año no se ha cuantificado debido a las características atípicas que se presentaron por causa de la pandemia y la cuarentena. No es el caso de años anteriores, donde se ha tenido una diáspora significativa de muchos profesionales especialmente administrativos muy talentosos e importantes para la universidad, así como renuncias de personal docente y de servicio.
Asignación presupuestaria
Con respecto a la asignación presupuestaria, la doctora María Trinidad García explicó que es absolutamente deficiente y existe un cerco presupuestario que ahoga a todas las universidades del país, donde los gastos de funcionamiento afectan enormemente un presupuesto que no se acerca a las necesidades reales de la institución.
A manera de ejemplo dio a conocer que desde mayo del año pasado no reciben recursos para el pago de vigilancia privada, servicio fundamental para la preservación del patrimonio institucional afectado por el vandalismo y la delincuencia.
Otros institutos que conforman la Universidad Pedagógica Experimental Libertador fueron desvalijados por la ausencia de vigilancia, como el caso de los ubicados en Caracas, Maturín y Mácaro.
Reconoció las gestiones realizadas por el Rector Raúl López Sayago para tratar de solventar este problema, así como las diligencias efectuadas ante la Oficina de Planificación del Sector Universitario, Opsu, sin ninguna respuesta al respecto.
Recalcó que no se cuenta con un presupuesto para dar cobertura a las necesidades básicas, por lo que la universidad a partir de la universalidad del conocimiento y el deseo de salir adelante, de rendir homenaje al trabajo de quienes han construido esta casa de estudios durante muchos años, cubren algunos requerimientos con ingresos propios a partir de los recursos generados por la subdirección de Investigación y Postgrado, la Secretaría de la universidad y la subdirección de Extensión. Fondos que les permiten medianamente solventar mínimos requerimientos institucionales.
Para finalizar hizo evidente la disposición de las autoridades del IPRGR de hacer un trabajo mancomunado con cada uno de los integrantes de la comunidad universitaria para paliar la grave crisis que los afecta en cuanto al funcionamiento óptimo y a la atención de los estudiantes tanto de pregrado como de postgrado.