En sus cinco años de existencia, en la tiendita «Jesús de la Misericordia» han sido atendidas unas 7 mil personas, provenientes de diversas comunidades del sur del Táchira
Por Raúl Márquez
A Ana Julia se le encendieron los ojos cuando le dijeron que sí tenían el medicamento que requería para su tratamiento. Mientras la señora Tania lo buscaba en la despensa, apuntó que lo había preguntado en unas farmacias y aunque en una contaban con este, el precio superaba su presupuesto. Tras recibirlo, dio las gracias y se despidió sonriente.
En medio de la situación crítica, del gran esfuerzo que deben realizar un buen número de familias para seguir adelante en procura de lo básico para subsistir, el programa «Jesús de la Misericordia» viene cumpliendo una misión encomiable en San Rafael de El Piñal y sus alrededores.
Desde hace aproximadamente cinco años, se estima que unas 7 mil personas, de distintos sectores del sur del Táchira, han recibido algún tipo de medicamento, completamente gratuito, en la tiendita «Jesús de la Misericordia», que hoy en día sigue abriendo una ventana de esperanza, a pesar de la pandemia, que a su vez ha agudizado la crisis económica de estos sectores.
El presbítero Jhonny Arias, de la parroquia eclesiástica San Rafael Arcángel, de El Piñal, jurisdicción del municipio Fernández Feo, precursor de esta idea, comenta que el programa ha sido posible gracias al apoyo de parroquias de las ciudades colombianas de Cali y Bogotá, que a lo largo de estos años han donado gran parte de los medicamentos, que luego son entregados a las personas más necesitadas de San Rafael de El Piñal, Chururú, San Lorenzo, El Pabellón, Isla de Betancourt y otras poblaciones.
Sigue lloviendo afuera, mientras el padre Jhonny Arias nos cuenta que la pandemia, lamentablemente, como con otros programas de la parroquia, ha aletargado su accionar. No obstante, él y su equipo no se amilanan y amparados en el afecto y apoyo de los feligreses, comerciantes y autoridades civiles, siguen adelante.
En este particular, indica que con nuevo horario, apegado a los sugeridos por las autoridades en el escenario de la pandemia por la COVID-19, y siguiendo las medidas de bioseguridad, siguen atendiendo a la población, los lunes, miércoles y viernes, de 9:00 de la mañana a 12:00 del mediodía.
En este contexto, señala, con un gesto de preocupación, que ya no se cuenta con algunas medicinas, pues debido a las restricciones para viajar al país neogranadino no ha podido buscar las donaciones durante estos últimos meses.
«Esperamos que pronto se supere esta calamidad, como lo es la pandemia, para poder viajar a Colombia a buscar los medicamentos. Ya no podemos satisfacer la demanda de nuestros vecinos, con respecto a medicinas para la hipertensión y antibióticos, por ejemplo; pero, gracias a Dios, aún contamos con medicamentos para otras patologías», precisa el párroco.
Asimismo, espera poder abrir de nuevo el comedor de los abuelitos, en donde antes de la llegada del nuevo coronavirus al país, proveía de almuerzo a unos 200 ancianitos y 50 niños de los sectores más vulnerables del sur del Táchira.