Carlos Orozco Carrero
Estamos celebrando el cuadragésimo aniversario de la creación en el Táchira de la primera Escuela Básica de Venezuela. 40 añitos, amigos. Escuela Básica Juan Tovar Guédez se denominó. Instituida en octubre del año 1980, para funcionar en la vieja casona propiedad de la familia González, de Táriba, ubicada en Las Vegas de esta localidad regional. Educación para el trabajo significó el eje central de este nuevo intento curricular en procura del desarrollo del país. Estudio y trabajo para la formación de tantos alumnos, ávidos de conocimientos que les permitieran salir adelante en su paso por este mundo tan exigente. Saludo efusivamente a todos los integrantes de la gran familia de nuestra institución primera. Alumnos, padres y madres, personal administrativo y de asistencia, los docentes más dedicados y las profesoras más lindas y capaces del mundo. Todavía tengo por ahí la inscripción de los primeros alumnos realizada junto a Silverio Sánchez en mi Volkswagen blanco. La Juan Tovar Guédez siempre estará en nuestros corazones.
Joaquín Salvador Lavado Tejón. El tal Quino, señores. Nos permitió llegar a reflexiones necesarias sobre la vida misma a partir de su personaje Mafalda y sus vivencias. Abarcó nuestra juventud y nos llevó a vivir junto a sus vecinos del barrio bonaerense. Fuimos amigos de sus Felipitos, Susanitas y Manolitos. Tenemos en nuestros baúles algunos ejemplares de tanta filosofía en caricaturas. Algunos han desechado a esta niña, quien está más vigente que nunca por estos tiempos y lugares.
La Revuelta Chácara cumplió su centenario llena de orgullo y dignidad andina. Pregonero sufrió tiempos de tiranía y opresión contra su población. Dijo basta y, cansado de tanta humillación y mala fe por parte de los que ejercían el poder totalitario en nuestro país, levantó sus gritos y acciones para soltar yugos y cadenas malignas. Un día de estos, cuando los tiempos se hagan menos trágicos para Venezuela, celebraremos y recordaremos esos días penosos de los años 20 del siglo pasado.
Recordamos las enseñanzas del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. Luchador incansable por los derechos del maestro venezolano. ¡Qué tiempos!, colegas.
Mi tío Melquiades se queda pensativo durante un buen rato. Un jarro de café tinto y sin azúcar le permite pasar por filósofo de salita de estar. -Algo está maquinando este viejo, dice Pulqueria. Después de unas horas impávido, se levanta del sillón y suspira: -Epa, carreto. -No podríamos hacer como Superman en su primara película, cuando a Luisa Lane se le vino encima un cerro y la sepultó dentro de su carro? -Sí, sobrino. Que se pueda dar vueltas al planeta en contravía para que los tiempos regresen. -Melquiades está más loco que Lex Luthor, dice Cosme. No sabe este viejo champurria que el planeta Tierra no puede detenerse de golpe para entrar en reversa. -Ahí sí nos arrugamos todos con la frenada. Ah, rigo