Durante su visita a la localidad de Arauquita, del Arauca – Colombia, el diputado jubilado de la Asamblea Nacional de Venezuela, presidente de la Fundación El Amparo y defensor de los derechos humanos, Walter Márquez, manifestó que al entrevistarse con las víctimas del conflicto armado entre el Ejército, cuerpos policiales venezolanos y los grupos irregulares colombianos, descubrió que en el Alto Apure se cometieron crímenes atroces.
Les recordó -y así lo hizo saber- a los medios de comunicación social, en boletín de prensa, que en la localidad de La Victoria y en la parroquia Urdaneta, del municipio Páez del Alto Apure, habitaban ciudadanos venezolanos, colombianos y de ambas nacionalidades, de los cuales más de 5.000 se han visto obligados a huir hacia el vecino país para resguardar sus vidas, por lo que hizo un llamado al gobierno de Colombia para que dentro del principio de la justicia universal y el principio de extraterritorialidad del Código Penal colombiano, investigue, documente esos hechos y posteriormente los remitan a la Corte Penal Internacional, para que sean tipificados como crímenes de guerra y como crímenes de lesa humanidad.
“Conversamos con expertos en la materia y como allí se desarrolló una confrontación armada entre el Ejército, las fuerzas militares y policiales venezolanas y los grupos irregulares, se tenía que respetar el Derecho internacional humanitario, consagrado en las convenciones de Ginebra de 1949 e igualmente en los protocolos adicionales de 1977”, expresó Márquez.
Walter Márquez está siendo acompañado en su investigación en Arauca por la abogada Ana Hernández, quien es la directora general de la Fundación El Amparo, con quien ha estado recopilando testimonios, evidencias y ha entrevistado a pastores evangélicos, afectados en Apure por allanamientos.
Por su parte, Márquez recuerda que, como defensor de derechos humanos e historiador de profesión, es experto en investigación de crímenes de lesa humanidad y masacres. Investigó la masacre de El Amparo, la de Totumito, La Gaviota, Boca de Grita y la masacre de Fila de Margua, cometidas por organismos combinados del Ejército y policía en Venezuela. También investigó la masacre de 1995, cometida por los ‘elenos’, contra un grupo de infantes de marina en el apostadero de El Meta. En 2006 investigó la masacre de Mata de Caña, cometida por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), contra miembros del Ejército venezolano y técnicos de Pdvsa, caso en el que intervino, para encubrir los hechos, el guerrillero Iván Márquez, ya que aparece en el computador de Raúl Reyes.
Testimonios
Entre los entrevistados por Walter Márquez en Arauquita “se encuentran Yanilse y Yuleida Ramírez, hermanas de Emilio Ramírez y Heyner Ramírez, asesinados junto a Luzdey Molina y Yeferson Ramírez Molina (esposa e hijo de Emilio), en El Ripial, por parte del Ejército y cuerpos policiales venezolanos, víctimas de la simulación de un hecho punible, de un falso positivo, de una masacre”.
“Hay testimonios de que ellos eran agricultores, que tenían incluso cultivos -plataneras- y criaban pollos. Ese testimonio y otros nos los dio Yanilse, quien trabajó en la Jefatura Civil, en el Registro Civil, por más de 18 años, mientras que Yuleida es docente del instituto de educación especial de El Piñal”, expresó.
Precisó Márquez que en este caso “sacaron a las cuatro personas de La Victoria, las llevaron a El Ripial, las asesinaron, les sembraron armas y adecuaron el escenario para justificar un pretexto de combatir la guerrilla. Este hecho insólito, este crimen atroz, lo vamos a elevar ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA y ante la propia Corte Penal Internacional. Así como luchamos en el caso de la masacre de El Amparo, vamos a luchar para que haya justicia, tanto humana como divina, frente a este crimen atroz que todos rechazamos”, dijo el defensor de derechos humanos.
Walter Márquez y Ana Hernández se reunirán en las próximas horas con el obispo de la Diócesis de Arauca, monseñor Abril, y con el obispo de la Diócesis de Guasdualito, Pablo Modesto González, así como con otras víctimas de la masacre de La Victoria.