Cuando se va la luz, la comunidad de Zorca entra en la incertidumbre de saber si el apagón ha sido uno de los tantos que “aleatoriamente” ocurren en nuestro estado, o si se trata de un daño en el cableado o el sistema de transformadores.
Freddy Omar Durán
Este lunes y martes, el sector que comprende desde el puente sobre la vía principal en Zorca-San Isidro, hasta Zorca-Buenos Aires, apenas si contó con el servicio de electricidad por unas horas, lo que complicó la labor y la tranquilidad de muchas familias.
—Uno ya no sabe qué pensar, ni sabe por qué ocurren tantos apagones, si fue algo que ocurrió aquí mismo, o la cortan desde otra parte –afirmó Rosa Cárdenas, vecina de Zorca San Isidro. A mí se me dañó la nevera por esos sube y baja de la electricidad, menos mal que el repuesto se consiguió de segunda. Fíjate, hoy –este martes- amaneció lloviendo, y no puede decir uno que va a cocinar a gas; habrá que esperar. La luz hace muchísima falta, y no solo para cocinar, incluso muchos trabajan desde su casa. A una vecina le pidieron coser dos vestidos de primera comunión y está atrasada con la entrega. Es bravo, es bravo.
Posterior a la vaguada de noviembre, que afectó considerablemente el servicio de la zona, con postes derrumbados y otros seriamente averiados, equipos de Corpoelec se encargaron de hacer el mantenimiento al sistema, logrando, aparentemente, subsanar unas endémicas fallas en los transformadores; sin embargo, en estos últimos meses, estas han reaparecido.
Uno de los mayores dolores de cabeza se encuentra en el trasformador, muy cerca de la entrada a Vista Alegre, en Zorca-San Isidro, donde la fase salta consuetudinariamente.
En la noche de lunes, personal de Corpoelec pudo atender la emergencia y restauró la conexión; volviendo todo a la normalidad, hasta muy temprano en la mañana; no obstante, ante un fuerte aguacero y un apagón, aparentemente más amplio, no se podía verificar si se trataba del mismo problema.
—El lunes quitaron la luz tres veces, y precisamente cuando más la necesitamos, no la tenemos. Es aburridor, y te paralizas, no hay nada que hacer, aunque a veces te pones a inventar, jugando con tus hijos y adelantando con ellos las tareas, eso si es de día, que mandan a distancia. Cuando estos inconvenientes ocurren, uno ruega que se arreglen “pegando un cable”, porque si es un fusible, por lo general hay que recoger los pesos entre todos los vecinos, y aunque son bastantes hogares y negocios aquí afectados, siempre eso representa una complicación, rogando que el repuesto se encuentre—sostuvo Astrid Chacón.
Fusibles inadecuados
En la vereda El Paraíso, no pocas veces han tenido que llamar insistentemente a Corpoelec para solucionar el problema del transformador, pues como sostuvo Maritza Fernández, “a veces todo se arregla con pañitos de agua tibia”.
—Nosotros estamos cansados de pedirle a Corpoelec que nos arregle el transformador, pues hasta la “fusiblera” que tenemos aquí la pagamos nosotros. Según nos dijo un técnico, nos estaban colocando fusibles de 3 amperios para 250 casas, que a cada rato se dañaban, aun cuando se estaban necesitando de 15 amperios
En Los Guasimitos, la situación ha sido más crítica, como algunos zorqueros sostienen, ya que lo que ahí ha sucedido, a la larga, ha redundado negativamente en toda la zona.
—El problema de la luz ha sido una constante por estos lados. Duramos, primero, como 15 días sin luz y luego volvieron los mismos daños en el transformador, y a oscuras tuvimos un mes completo. Eso fue caótico, los alimentos se perdieron, los electrodomésticos no funcionaban más. Mi esposo tenía que cargar el celular con el carro, y otros iban a donde otros vecinos. Fue horrible, yo creo que es una situación por la que los seres humanos no tenemos que pasar. Al final, entre todos tuvimos que conseguir alrededor de 800 mil pesos para los arreglos— contó Yelitzabé Duarte, líder comunal del sector.