Los ornamentos litúrgicos confeccionados en Palmira, municipio Guásimos, para la ceremonia de beatificación del doctor José Gregorio Hernández, en Caracas, llegaron al Vaticano.
Todo un honor y orgullo para los esposos Rosa Uzcátegui y Sergio Saavedra, propietarios de la empresa tachirense “Ornamentos Litúrgicos Rosita Bordados”, con más de 20 años en el mercado regional y nacional, y referencia en otros países de América, donde varios sacerdotes visten sus creaciones. Es proyección al estado, al trabajo de sus hombres y mujeres.
Los paquetes viajaron a Europa de manos del cardenal venezolano Baltazar Porras Cardozo, quien, en Roma, entregó una casulla, una estola y un escapulario al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, máximo representante del Papa, que inicialmente presidiría la ceremonia en Caracas, pero por la pandemia covid-19 suspendió su viaje a Venezuela.
Otro trío de prendas para el obispo venezolano Édgar Peña, sustituto de la Secretaría de Estado, con quien presidió la santa misa en acción de gracias por la beatificación del “médico de los pobres”.
Viajó acompañado por los padres Luis Ugalde y Alejandro Keri, junto a algunas familias que integran el Consejo Económico de la Arquidiócesis de Caracas, quienes, en acción de gracias por la beatificación del médico venezolano, obsequiaron una reliquia del beato, la casulla que usaron los obispos venezolanos ese día, una imagen de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, y los libros del sacerdote Javier Dublas sobre la vida del beato.
También hubo detalles para el papa Francisco, donde la casulla formó parte del regalo. El obsequio fue entregado en audiencia papal.
El periodista Jesús Manzanares, de TV Arca, informó que ambos jerarcas de la Iglesia universal “coinciden en que José Gregorio Hernández es un santo de actualidad, pues su apostolado invita al cuidado de la salud integral, sobre todo en tiempos de pandemia. Es, además, un ejemplo de sobriedad que supo combinar la investigación científica con la fe, teniendo a Dios como origen y final de todas las cosas”.
El encargo del cardenal Porras
Una vez finalizado el trabajo de la confección de las 80 casullas, estolas y escapularios para la ceremonia de beatificación del pasado 30 de abril, la Arquidiócesis de Caracas, a través del cardenal Baltazar Porras Cardozo, se comunicó con los esposos Rosa Uzcátegui y Sergio Saavedra, a principios de mayo, para solicitar la confección y bordado de otros 80 ornamentos litúrgicos.
“Aceptamos el pedido y con nuestro personal nos dedicamos al trabajo, cuidando, como siempre, cada uno de los detalles”, recordó Rosa Uzcátegui, responsable de toda la planificación y asignación de las tareas.
Inicialmente tenía fecha de entrega para el 30 de mayo, pero el viaje a Roma del cardenal Baltazar Porras se adelantó para el lunes 24 de mayo y el material tuvo que ser entregado el sábado 22 de mayo.
“Se dispuso solo de 50 ornamentos litúrgicos completos, que fueron entregados a obispos y cardenales en el Vaticano”, expresó con orgullo Sergio Saavedra.
— ¿Qué significa para ustedes que su trabajo llegue a Roma y el Vaticano?
— Para nosotros es de mucho orgullo que nuestros ornamentos hayan llegado a la Santa Sede. Sabemos de la calidad de muchas empresas en Europa, en España e Italia, principalmente que se dedican a este trabajo. Pero que nosotros hayamos tenido ese honor y que monseñor Baltazar Porras haya depositado la confianza en nuestro trabajo, es un honor de verdad que el trabajo haya llegado allá.
Una misa en España
El pasado 13 de junio, el cardenal Porras Cardozo ofició una misa desde España, en la ciudad de Alcalá, junto al obispo de la parroquia, monseñor Juan Antonio Reig, y monseñor Luis Tineo, con devotos venezolanos del doctor José Gregorio Hernández, donde vistió la casulla en referencia.
José Luis Guerrero