Varios jóvenes que viven en la comunidad de Los Cedros en Tucupita, se dirigen hacia el vertedero municipal, ubicado en el sector Guasina, en busca de hierro. Sin temor a enfermarse, cavan varios terrenos para buscar la vida, ya que el material que encuentran, es vendido.
Sus familias, más empobrecidas por los efectos de la pandemia y la crisis de Venezuela, no pueden sostenerlos, por lo que todos en casa deben buscar la comida.
Algunos de ellos debieron abandonar sus estudios, otros, apenas los sostuvieron y ya están en otro grado académico.
Se ganan la vida cavando entre cerros de basuras, buscando hierro; un fenómeno que comenzó en Tucupita durante mayo pasado. Varios camioneros arriban a la localidad desde el estado Bolívar, comprando chatarras.
Luis, uno de los jóvenes que se autodenominan “chatarreros”, reveló que cada día van a pies hasta el basurero de Tucupita para buscar lo que los tiene con vida; el hierro.
“Hemos tenido que ir en grupos caminando hasta el desperdicio para cavar y conseguir hierros para la compra de comida y otras cosas de la casa”, apuntó el joven.
Detalló que a diario pueden hacer entre 5 y diez dólares, depende de cuantos hierros encuentren bajo tierra. «Todo varía, no hay nada fijo, solo que con lo que venden ya pueden adquirir comida», agregaron.