“Gracias a la resolución de conflictos se establece una cultura de paz”

En una sociedad imbuida en conflictos y donde se dificulta contar con un Poder Judicial para resolverlos, la ONG Mediación Táchira ofrece una alternativa para superarlos. mediante un acuerdo entre las partes, con efecto legal.

La fundadora y directora de la organización no gubernamental, Sair Vivas, afirmó que la idea principal es la creación de centros de mediación que permitan agilidad y eficiencia en el servicio de la justicia, ofreciendo no solo asesoría legal, sino un proceso de formación.

—A Mediación Táchira pueden acudir a solucionar sus problemas jurídicos de una forma expedita y flexible, de tal manera que no permanezca una enemistad, porque cuando dos partes van a tribunales, por lo general, esto se trata de un ganar-perder; en cambio, nosotros trataremos de que sea un ganar-ganar. Estamos hablando de que en dos o tres sesiones, cuatro cuando mucho, se obtendrá la salida a sus discrepancias. Esas resoluciones, que se van a tomar en conjunto, serán llevadas al tribunal para que sean homologadas, es decir, tendrán carácter de sentencia, con la diferencia que va a ahorrarse el tiempo y el dinero, pues la contribución es pequeña. De esta manera se evita que el acuerdo sea letra muerta. Se trata de que, una vez resuelto el conflicto, las partes continúen en una relación armónica, agregó Vivas

En estos momentos la organización ha establecido alianzas con el Colegio de Abogados, la Universidad Católica, donde ya hay un centro piloto, y la Diócesis, muy receptiva a la naciente iniciativa, con miras a funcionar en cada parroquia eclesial.

Cultura de paz

— ¿Ustedes cumplirían una función similar a los jueces de paz?

—La diferencia con el Juzgado de Paz es que nosotros tenemos un ámbito de aplicación mucho más amplio. El juez de Paz sigue siendo un juez; nosotros no vamos a juzgar a nadie, nosotros vamos a tender puentes de comunicación entre las personas que tienen conflicto para que entre ellas, con la ayuda del mediador, busquen las soluciones definitivas  y se recuperen sus buenas relaciones, ya sea entre parientes, amigos, pareja, compañeros de trabajo o de escuela.

— ¿De qué tipo de conflictos estamos hablando?

— Es tan amplio como lo permite la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en sus artículos 253 y 258, que permite el desarrollo de medios alternativos para la resolución de conflictos, y puede tocar todas las materias, siempre y cuando no se atente contra el orden público y el patrimonio de las personas. Podemos actuar en todo tipo de conflictos: vecinales, laborales, profesionales, de convivencia, aquellos que involucren a niños y adolescentes, así como en los casos de bullying o de abuso de poder dentro de las instituciones educativas.

—¿Cuáles son las ventajas de recurrir a sus servicios?

—Le estamos ofreciendo la ventaja a la gente que no posea los recursos para sostener un juicio o no disponga de tanto tiempo para ser atendida. El único requisito es que ambas partes quieran acudir a nosotros y disponer del servicio legal: esto es voluntario, a nadie se le obliga a recibir mediación. No solo se trata de ahorrar dinero y tiempo, sino de ahorrar emociones. Esto es algo terrible, hay que estar dentro de un juicio para darnos cuenta de  cómo se pierden energías y salud, en un proceso que puede llevar tres o cinco años.

—¿Cómo nació la idea?

—Nació en el año 2012, estando en un pueblo llamado Mantecal, estado Apure, a cuatro horas en buseta de la sede de los tribunales. A través de representantes de la Iglesia católica, allá vimos la posibilidad de establecer una Defensoría del Niño y el Adolescente. A mi hijo, que estaba cursando la maestría en el Iesa, le comenté la necesidad que existe y me dijo: “mamá, pero se puede llevar eso más allá con los medios alternos de resolución de conflictos”. A él le gustó tanto el tema que lo tomó como tesis de grado, pero enfocado al caso de la justicia municipal de Chacao, y se descubrió que la deficiencia que tenía era la ejecución del acuerdo.

— Se ven muchos problemas en instancias vecinales, por ejemplo.

— La idea es buscar la convivencia pacífica; por ejemplo, en un conjunto residencial, donde siempre hay una, dos o tres personas que no se comportan bien. Al respecto, se pueden redactar normas que tendrán valor jurídico dentro del condominio Nosotros queremos que se amplíe el campo de acción de la justicia y se descongestionen los tribunales.

— ¿Cómo se pueden poner en contacto con ustedes?

—Tenemos a disposición el número telefónico 04122718147 y está disponible el email [email protected] y todas las redes sociales, o dirigirse a la Universidad Católica del Táchira, y desde allí le vamos a indicar qué es lo que se puede realizar, cómo lo vamos a hacer y cuándo.

— ¿Ya han podido atender algunos casos?

— Estamos naciendo al público, y ya tenemos un equipo de profesionales. También estamos desarrollando diplomados para que la gente se prepare, para que adquieran conocimientos y habilidades para intervenir en un conflicto y que ellos no sean un problema más. sino la solución misma, y de esta manera vamos a empoderar a los ciudadanos en este tema. Queremos que el ciudadano conozca sus leyes y su Constitución, y ejerza sus derechos de forma civilizada, elevando el nivel de la sociedad.

— ¿Mucha gente puede acudir a ustedes para que simplemente les den la razón?

—El mediador debe ser imparcial, no puede dar ventaja a un lado u otro, porque se rompería la armonía y se va a fomentar una distancia de una de las partes.

Freddy Omar Durán

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