Homero Duarte Corona
Seis años después de la octava corona, un hijo del Táchira, Juan Domingo Tolisano, le confiere al aurinegro la esquiva novena estrella, frente a su eterno rival, Caracas FC, y en un escenario fuera de su lar nativo. El argentino Lucas Gómez y el nativo de la frontera, Marlon Fernández, anotaron el primero y el cuarto gol, para el 4-2 definitivo en el cobro de los penales.
Seis años de espera para la conquista de la esquiva novena estrella del fútbol rentado venezolano, tres menos que su eterno rival, Caracas FC, al que en el choque final para la disputa del título de la temporada 2021 del fútbol rentado nacional de la Liga Futve, jugado en el estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria del Distrito Capital, lo venció por 4-2 en el castigo de las penas máximas.
En 2015, Daniel Farías se convirtió en el primer director técnico nacido en territorio patrio que alcanzaba un título para el Deportivo Táchira, el octavo en su historial, desde su fundación en 1974.
Pero faltaba que un estratega venido al mundo en suelo tachirense levantara en todo lo alto la copa de campeón con sus dirigidos. Y este logro fue obra de Juan Domingo Tolisano, un joven comunicador social universitario y entrenador de fútbol profesional rompió el hechizo, tuvo el honor de hacer campeón al equipo de su tierra chica.
Partido de poder a poder
Un compromiso sin mañana, partido único para definir el campeón de la temporada 2021 de la Liga Futve, con la disputa del galardón por los dos equipos más laureados del balompié profesional: Caracas FC, con 12 títulos, y Deportivo Táchira con 8, el primero en busca de la estrella número 13 y el segundo tras la número 9.
Noventa minutos y el agregado con la pizarra en blanco, sin romperse el celofán, que obligó a dos tiempos extras de 15 minutos cada uno y de persistir la igualdad recurrir al castigo de los tiros penales para definir el campeón.
Lucas Gómez, Maurice Cova, Pablo Camacho y Marlon Fernández, en ese orden, no fallaron, hicieron efectivos los cuatro penales para el 4-2 definitivo, luego que Richard Celis y Castillo anotaran el primero y segundo castigo, pero fallaron Echevarría, después que el meta tachirense Cristopher Varela detuviera su remate, y Kaki Rivero pegó el balón en el travesaño.
Euforia total en el campo de juego y en las tribunas, miles de aficionados tachirenses que viajaron de todos los rincones de la geografía regional y residentes en la gran metrópoli, amén de otros estados, para respaldar a su querido Deportivo Táchira, que después de seis años vuelve a levantar la copa de campeón, esta vez el noveno título o la novena estrella.
Con la conquista del noveno título del amarillo y negro en 47 años de existencia se rompe el sortilegio, por primera vez un técnico nacido en suelo tachirense gana una estrella en el banquillo del equipo de su patria chica.
Hubo palabras de gran emotividad del director técnico Juan Domingo Tolisano, que con lágrimas en los ojos exteriorizó todo lo que significa para él este galardón, que por segunda vez consecutiva disputaba en el banco aurinegro.
Le dedicó el título a la consecuente afición, a su esposa, hijos, sus padres y, por encima de todo, al Creador que hizo posible esta conquista.
Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, aficionados, todos como uno solo se confundieron en una gran celebración en el estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria; y en todos los rincones del territorio nacional, con mayor énfasis en la ciudad capital del Táchira, casa del ahora nueve veces campeón nacional, gritaron hasta rabiar el nombre de Táchira campeón, Táchira campeón, una y mil veces.
La vuelta olímpica en estadio forastero, pero igual, con toda la emoción del mundo para un grupo humano de dirigentes, encabezado por el presidente del equipo Jorge Silva, el gerente general Gerzon Chacón, cuerpo técnico y jugadores, pues luego de una espera de seis años, el sueño se hacía realidad: La novena estrella es un hecho irrefutable, una nueva copa para el palmarés del Deportivo Táchira.
Édgar Pérez Greco, el más longevo del equipo, con 39 años a cuestas, figura indiscutible, y su abuelo, Gaetano Greco, uno de los padres de la criatura, desde el cielo también celebró en grande este acontecimiento, digno de los equipos grandes del fútbol continental y mundial.