Providence, Estados Unidos | AFP | Rachel Rosenkrantz, una fabricante de guitarras que innova con biomateriales, asegura que si se dejan las esporas de los champiñones en un molde durante un par de semanas, se convierten en un material esponjoso parecido al cremoso queso francés brie.
Una vez que el micelio, el talo de los hongos formado comúnmente de filamentos ramificados, adquiere la textura de la corteza de un queso blando maduro, Rosenkrantz lo deshidrata para convertirlo en un material ligero y biodegradable, con el que fabrica sus guitarras.
Esta diseñadora industrial de formación, empezó su carrera como lutier -fabricante de instrumentos de cuerda- hace aproximadamente una década. En los últimos años ha recurrido al micelio y otros biomateriales para fabricar instrumentos más respetuosos con el medioambiente y sin plásticos.