Combloux, Francia| AFP Cristian Alonso es uno de los masajistas del equipo Ineos en este Tour de Francia. Por sus manos han pasado muchos ciclistas en las cincuenta grandes vueltas en las que ha estado. Varias de ellas con el colombiano Egan Bernal, con el que ha forjado una relación de amistad.
«Siempre he tenido una buena relación con todos los ciclistas, pero con el que más relación he tenido ha sido con Egan. Hay una relación mucho más allá de masajista-corredor, una amistad familiar», explica este asturiano de 48 años a la AFP.
Se ha cumplido año y medio del accidente sufrido por Bernal en su país, en Colombia, a principios de 2022.
«Cuando el accidente, yo estaba allí con él. Estábamos allí entrenando. Fue muy duro porque se temía por su vida y que quedara parapléjico», añade con tristeza recordando aquel momento.
Cristian Alonso no tiene dudas de que Bernal, que ganó el Tour de Francia en 2019 y el Giro de Italia en 2021, y que ahora tiene 26 años, volverá a ser el que era.
«Poco a poco va volviendo a su forma. Es muy fuerte mentalmente. Desde el primer momento, desde el día después del accidente estaba mandando mensajes desde la UVI diciéndonos que tranquilos, que volvía, que para adelante. Nunca se quejó, mentalmente es muy fuerte», explica.
Ante la pregunta de si podría volver a su máximo nivel en uno o dos años, Cristian Alonso es contundente en su convencimiento. «La próxima temporada estará cerca de su nivel», señala.
El masajista asturiano, que llega en este Tour al medio centenar de grandes carreras, ya que ha estado también en muchos Giros de Italia y Vueltas a España, siempre ha estado ligado al ciclismo.
«Corrí en bici como chaval y luego quería hacer algo cercano al ciclismo. Empecé de masajista y aquí estamos», indica.
– Españoles en puestos auxiliares –
«Como masajista empecé con equipos amateur, en Asturias, y luego fui cambiando a otros equipos, hasta llegar al Ineos, donde llevo trece» años, añade.
«Todo ha evolucionado. Ahora es todo mucho más medido. Se miran más todos los detalles. Aunque el trabajo de los masajistas no hay muchos cambios. Sigue siendo el mismo», afirma.
Alonso, que vive en Colunga, un pueblecito costero asturiano, de poco más de 3.000 habitantes, lleva como masajista desde 1999.
«Al principio hacía las tres vueltas el mismo año, pero después fui haciendo dos. Todo ha cambiado mucho. En mis comienzos como masajista, en mis primeros equipos amateur, no teníamos ni autobús, solo una furgoneta», explica.
Con 50 grandes vueltas en sus manos y con casi otros veinte años por delante en la profesión, las cien presencias entre Tours, Giros y Vueltas no son una quimera.
«Si no queda otra…», responde bromeando a la pregunta sobre la posibilidad de hacerse centenario en ese apartado.
En los equipos presentes en el Tour de Francia aparecen muchos españoles en puestos de auxiliares, como mecánicos o masajistas.
«Los países de más tradición auxiliares siempre fueron España e Italia. A lo mejor hay más calidad en estos países. En la cultura del auxiliar, España e Italia siempre fueron los países más punteros», concluye.
Cristian Alonso no verá a su amigo Egan Bernal, tratando de recuperar su forma tras el accidente, hacer grandes cosas en este Tour. Pero el asturiano está convencido de que el colombiano volverá a pronto a tener éxitos.