Eduardo Marapacuto
Venezuela no se detiene y a pesar de las circunstancias atravesadas por los remolinos de viento seco, el signo de los tiempos llega con la promesa de acabar con los inviernos de las incertidumbres y hacer brillar el sol brillar de la primavera, cuya luz se proyecta en el resplandor para alumbrar el alma de los venezolanos y venezolanas y darnos la fuerza para triunfar en los momentos difíciles y nos elevemos en la cima de la verdad y la victoria. Atrás van quedando las murallas que nos impedían mirar por las rendijas del horizonte y ver el titilar de la estrella radiante.
Así es, el tiempo va pasando y hoy ya estamos a viernes 22 de diciembre, mes de la vida y de la promesa de Dios, mes de la verdad y la fe; mes donde nos reencontramos con la familia para recordar de dónde venimos, hacia dónde vamos y hasta dónde queremos llegar. Precisamente hoy, yo voy rumbo a la ciudad de Mérida a reencontrarme con la familia materna, con mis hermanas, mis sobrinas y sobrinas, con los recuerdos, con la naturaleza y con la voz infinita de nuestro Padre Creador.
Todos los días hay que seguir la marcha y eso es lo que hace nuestro pueblo, pisar con firmeza el suelo de las ideas para que las semillas de los sueños y la grandeza de la Patria germinen en los terrenos de la realidad. Los desafíos nos impulsan a seguir adelante y no quedarnos en la contemplación de la carencia. Por eso todas las decisiones que se vienen tomando desde los espacios del alto gobierno, no sólo son acertadas, sino que van marcando la ruta de la independencia, la soberanía y la visión política, geopolítica y geoestratégica de nuestra Patria. En el campo de la Política Exterior, hemos desarrollado alianzas estratégicas con las potencias que definen las coordenadas del Nuevo Orden Mundial, encabezado por Rusia y China. En América Latina, mantenemos el discurso de la paz y la integración, propiciando encuentros y reencuentros entre los países de la región y condenando los golpes de la derecha fascista en algunas naciones latinoamericanas.
A lo interno, decisiones claves como la del retorno al Dialogo Nacional con los sectores opositores del país, avanzando hacia espacios de la verdadera política, donde se compite en base a los canales establecidos en la Constitución de la República, con la garantía de los derechos políticos y electorales. Por supuesto, existen grupos radicales de la extrema derecha fascista, ligada con los espíritus del inframundo que quieren imponer a juro a la sayona, cuyos gritos desesperados a la media noche se escuchan pidiendo que le quiten la sanción de inhabilitada; pero agua bendita con esos seres oscuros de la política venezolana.
Luego vino lo del Referéndum consultivo del pasado 3 de diciembre para avanzar en una estrategia de recuperación inmediata del territorio del Esequibo, en disputa con la República Cooperativa de Guyana. En ese referéndum Venezuela obtuvo un gran respaldo de su pueblo, quien a través del voto soberano y de conciencia respaldo de manera firme las cinco preguntas formuladas, entre las cuales estaba la creación del nuevo estado Guayana Esequiba, como parte de nuestro territorio nacional.
El signo de los tiempos también sopla sus vientos de libertad y sin ningún tipo de tempestad el alto gobierno venezolano logra liberar, tras sendas negociaciones, al diplomático Alex Saab, quien estaba secuestrado por el régimen norteamericano. En ese sentido, que sigan soplando los vientos y los signos del respeto a los pueblos, la solidaridad y la paz, sigan alumbrando el cielo de nuestras naciones. ¡Qué así sea! Feliz Navidad a todos y todas. Un abrazo!
Politólogo, MSc. en Ciencias Políticas. /Investigador RISDI-Táchira