Regional

La falta de salud mental puede enfermar el corazón

12 de octubre de 2024

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Nancy Porras

“El tema del corazón y la salud mental, sin duda tienen relación. Realmente los órganos del cuerpo humano tienen comunicación entre sí, unos con otros y todos con el cerebro. Hay algunas conexiones particulares”, expresó el doctor especialista en cardiología, Leonardo Ramírez.

Pero la conexión con el cerebro de todos los órganos es una constante: “En el caso del cerebro y el corazón, así como los demás órganos resultan fundamentales para poder obtener del órgano lo que llamamos en fisiología, reserva funcional”.

Aumentar la función para resolver

Eso significa que “cada uno de los órganos tiene la capacidad de aumentar su función en un porcentaje significativo a fin de poder resolver algunos momentos de adversidad”.

“Si una persona está en reposo, el corazón cumple su función de 60 latidos por minuto; pero si se emprende la subida de las escaleras de un edificio de diez pisos, con esos 60 latidos por minuto no alcanzaría para cumplir la función de bombear la sangre oxigenada y repartir del oxígeno, que es uno de los combustibles para que otros órganos puedan cumplir su función, en este caso los músculos”, explicó en detalles como ejemplo.

Entonces, se utiliza la reserva funcional, para aumentar la función del corazón, “elevando la frecuencia cardíaca de 60 a 80-90-100-110 a lo que haga falta para poder suplir la demanda de oxígeno de otros órganos a los que se les está exigiendo un trabajo adicional”.

Vía eléctrica y hormonal

Esa reserva funcional se maneja por dos vías: Eléctrica, que es la conexión entre el cerebro y el corazón a través de nervios que transmiten pulsos eléctricos, mediante los cuales se comunica el cerebro con el corazón, y al aumentar el número de pulsos eléctricos por intermedio de ciertos nervios, entonces el corazón puede aumentar el número de latidos por minuto y la fuerza de contracción en cada latido.

En cardiología, a esto se le llama “gasto cardíaco”, definido como el número de litros por minutos que se bombean para poder suplir la demanda de oxígeno del resto de los órganos.

La segunda vía, es la humoral o endocrinológica, que se realiza por intermedio de hormonas como la adrenalina, noradrenalina, cortisol y otras hormonas menos famosas que intervienen en la misma función.

Esto significa que cuando “necesitamos más latidos por minuto se aumenta el número de pulsos eléctricos, trasmitidos por nervios que funcionan como un cable y también se incrementa el número de hormonas que son estimulantes, de manera que haya un sistema dual, doble: si uno falla, el otro mantiene la función”.

Solo situaciones transitorias

De esa manera, el organismo sano mantiene su función y puede superar la adversidad, por ejemplo, subir una cuesta, siete pisos de escalera, pasar una rabia, tener que salir corriendo, atacar o huir dependiendo de la decisión que se tome sabiamente para preservar la salud y la integridad física del ser humano.

Estos pulsos eléctricos están hechos para resolver situaciones puntuales, transitorias, no para estar todo el tiempo igual, “así como un carro que tiene un mínimo de funcionamiento en el motor, si va por la ciudad pide un poco más para poder subir una calle y si en una autopista debe adelantar un camión, pues exige aún más; eso sí, son situaciones transitorias”.

Alteraciones mentales

Hizo esta exposición el doctor Ramírez, para llegar al tema de las alteraciones de la salud mental, cómo podrían los trastornos de ansiedad, depresión, dos de las más alteraciones más frecuentes, sobre todo en estos tiempos de tantos eventos, situaciones belicosas, económicas y políticas, afectar el corazón.

Una cosa es pasar una rabia o una gran emoción durante unos minutos, exigir que el cerebro utilice la reserva funcional del corazón para superar la adversidad o celebrar, y otra cosa “es vivir en un estado de caos, como podría ser la persona que está ansiosa, deprimida o está sometida a problemas familiares, económicos que constantemente están exigiendo la reserva funcional de los órganos, entre ellos, el corazón.

Esa situación que no es normal, hace que la exigencia permanente se maneje en un nivel más alto, de allí que puede provocar muchas alteraciones en el sistema cardiovascular, advirtió el doctor Ramírez.

Situaciones de cuidado

Entre estas alteraciones “está la hipertrofia o el aumento en el grosor de la capa muscular de los vasos sanguíneos, que sirve para contraer o relajar, crece como crecen los músculos de los muchachos que levantan pesas, y en la medida que va creciendo ese grosor va disminuyendo su elasticidad”.

Afecciones en el colon

Además de que las situaciones de stress crónico se acompañan de aumento de las hormonas y también provoca alteraciones en el tracto intestinal que puede generar en lo que en fisiología “llamamos colon permeable, es decir, empiezan a filtrarse a través de rendijas que aparecen en el colon inflamado, sustancias tóxicas producidas por las bacterias que en condiciones normales están atrapadas en el colon, pero en condiciones  de inflamación estas sustancias logran el acceso al torrente sanguíneo y producir inflamaciones a distancia.

Puede afectar la pared de los vasos sanguíneos -subrayó- y es el sustrato, el caldo de cultivo para que aparezca la arterioesclerosis, es decir, el endurecimiento de la pared de las arterias, producto del depósito de colesterol, calcio y otras sustancias que es lo que termina provocando las placas de aterona y el endurecimiento de las arterias, que da camino a la hipertensión arterial.

También aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares, como el infarto agudo al miocardio y el ataque cerebro vascular.

Situación emocional

El nivel alto de hormonas como la adrenalina y noradrenalina, provocan un estado de toxicidad en las células que conforman la pared del corazón, y podrían provocar, sobre todo en aquellas personas que genéticamente tienen una calidad de músculo que no es la óptima que se deja dilatar, estirar, el crecimiento del corazón, llamado cardiomegalia, que puede ir acompañado de una debilidad en la fuerza de contracción del corazón, que permite la aparición de la insuficiencia cardíaca y las arritmias cardíacas.

La salud mental, trastocada, alterada por las situaciones ambientales, adquiridas, sociales, políticas, económicas, laborales, familiares y a veces mentales, mantiene al individuo en un estado de alerta constante que puede enfermar al corazón.

No por casualidad, un infarto, una arritmia, puede terminar parando el corazón, pues aparecen en una situación emocional intensa, pueden pasar cosas cuando se acelera o se le exige al sistema cardiovascular su reserva funcional y este sistema enfermo puede colapsar en algún momento, cosa que no ocurre casi nunca en una persona sana, joven, pero que sí puede pasar en un cuerpo desgastado, enfermo, porque ya tiene cambios estructurales importantes.

“Es como sacar un carrito Chevrolet de los años 50 a las pistas; podría dañarse más fácilmente que un carro sacado de la agencia”, comparación que manejó para concluir, el doctor Leonardo Ramírez.

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