Regional
Recordando a Simón Bolívar
miércoles 17 diciembre, 2025
Apenas faltan cinco años para conmemorar el bicentenario de la muerte de Simón Bolívar, y no ha bastado este tiempo para esclarecer satisfactoriamente los detalles de ese evento, ni las circunstancias que lo envolvieron.
Todavía quedan las dudas del carácter preciso de su fatal enfermedad, prestado a sospechas, o del ánimo que lo embargaba luego de ver cómo su gran proyecto de Nación se hundiera en el fracaso, o de su herencia material que unos historiadores declaran casi inexistente, mientras que otros no la consideran despreciable.
Sabemos de su carta póstuma, en la cual él mismo se presenta con cierta culpa como motivo de las diferencias entre pueblos a los que él llama a una unión que debería trascenderlo y establecerla como un compromiso al cual el futuro no puede renunciar.
Tan nefasto acontecimiento ocurriría un 17 de diciembre de 1830, en la Quinta San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia. Tenía 47 años de edad y la causa de su muerte fue tuberculosis, según el diagnóstico del doctor Alejandro Próspero Révérend, quien lo había examinado el 6 de diciembre, diagnosticándole un “semblante hipocrático y pulso miserable”.
El mencionado médico también anotaría la 1:03 p.m. como la hora exacta de su fallecimiento, señalando además su agonía: “La respiración se le vuelve a Bolívar estertosa, sin que hubiera señas de pena o de dolor en su rostro”.
A pesar de una grata heroica de libertad que determinó un antes y un después en la vida republicana de 5 países, el destino final de Simón Bolívar sería la diáspora, oprobio que a duras penas pudo hacer justicia la multitudinaria recepción con honores de sus restos en Caracas en 1842 por órdenes del presidente José Antonio Páez.
Cuando el general Mariano Montilla se convenció del inexorable destino de Bolívar, exclamó: “¡Ha muerto el Sol de Colombia!” al ver que el Libertador había fallecido.
Siempre hubo la duda de que Bolívar muriese de manera natural y que en realidad fue asesinado. Esta hipótesis la respaldó el entonces presidente Hugo Chávez, quien incluso ordenó la exhumación de los restos de Bolívar en 2010. El vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua, anunció en 2011 que los restos estudiados pertenecían a Bolívar y que no había padecido tuberculosis, pero eso, más que aclarar, reforzó aún más los cuestionamientos. (FOD)
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