Sigo la gloriosa carrera de las armas solo para lograr el honor que ellas dan, liberar a su patria y para merecer las bendiciones de los pueblos (Simón Bolívar).
Se ha considerado al soldado la persona alistada voluntariamente o no en el cumplimiento de un servicio militar obligatorio, en las fuerzas armadas de los países. En la mayoría de los casos, los soldados reciben entrenamiento de combate, así como desempeño de funciones diferentes a la acción bélica, como administrativo, en tareas logísticas, humanitarias, protección de la soberanía de sus países, investigación, desarrollo y demás afines. Desde la antigüedad era tradicional e inevitable el servicio militar solo para los hombres. En países como Grecia, Esparta y sus pares circunvecinos los varones recibían desde niños prácticas relacionadas con las milicias. Hoy día determinados países admiten mujeres en las filas de sus ejércitos. A través de la historia el soldado ha tenido gran trascendencia en el destino de cada república donde nació y desempeñó tareas militares. Desde luego, existen las excepciones deshonrosas de los ejércitos en el avasallamiento de los pueblos donde actúan más por interés ideológico, político y de poder que por sus innatas condiciones de protección y defensa?
En Venezuela como consecuencia del inicio del movimiento independentista, el 19 de abril de 1810 y por ende el ambiente de guerra que surgió en la naciente república, la Junta Suprema de Caracas encargada del poder desde ese momento, creó en ese año por decreto una Academia Militar para la formación y capacitación de oficiales. Durante el proceso emancipador el ejército patriota experimentó una serie de victorias y fracasos. Entre los más notables se registraron: la debacle de las fuerzas patriotas frente a los españoles en 1814, la actuación vibrante de las mismas en la batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, donde El Libertador Simón Bolívar independizó a la Nueva Granada, el 24 de junio de 1821 las fuerzas republicanas derrotaron a las realistas en Carabobo, lo cual produjo la libertad de Venezuela. Luego al iniciarse la Campaña del Sur entre 1821-1826, nuestras huestes ganaron unas cuantas batallas estelares para la emancipación de varios países hispanoamericanos, tales como: la batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 comandada por el general Antonio José de Sucre para independizar al Ecuador, la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824, jefaturada por Simón Bolívar y la de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 conducida magistralmente por el futuro Gran Mariscal Antonio José de Sucre, lo que permitió la independencia del Perú.
Al desmembrarse Venezuela de la Gran Colombia en 1830, se inicia una gran inestabilidad en la patria del Líder de América. Por tanto, el ejército profesional sufre alteraciones en su esencia. Surge así la figura de los caudillos regionales y se organizan las montoneras. Al ascender al poder el general Cipriano Castro en 1899, crea nuevamente las condiciones para el ejército profesional venezolano. Con motivo de la Campaña Admirable de 1813, conducida exitosamente por Simón Bolívar, quien entre sus esmeros después de la victoria fue humanizar y dignificar a sus tropas, que se encontraban en deplorable estado, como consecuencia de los estragos producidos por las forzosas marchas, las violentas, peligrosas y rudas condiciones de combate, decretó el 10 de octubre de 1813, el Reglamento sobre Raciones, Vestidos y Alimentación sobre sus soldados. Desde entonces, esa fecha se celebra como el Día del Soldado Venezolano. Tal resolución en su condición de jefe militar constituyó uno de sus tantas voluntades y decisiones para que su tropa tuviera bienestar, salud y alimentación. Para corroborar esa apreciación, veamos en la proclamación por la Municipalidad de Caracas el 14 de octubre de 1813 como Libertador, cuando señaló en su discurso… “que los soldados que lo habían acompañado en las batallas eran de verdad los verdaderos Libertadores de Venezuela”.
Al conmemorar el Día del Soldado Venezolano, “la Patria agradece con orgullo a todos aquellos que, a lo largo de nuestra historia, han demostrado y demuestran con honor, responsabilidad e inigualable sentido del deber, la vocación de servir a Venezuela aun en las circunstancias más difíciles”. Sin embargo, cuando esas tropas y sus jefes se apartan de sus principios democráticos, el pueblo a su debido tiempo ejerce su poder de la voluntad popular…
(Alejo García S.)