Hemos sido fieles defensores del proceso revolucionario desde la llegada del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías al Palacio de Miraflores en enero de 1999, por decisión del pueblo soberano de Venezuela.
Las idas y venidas, errores y aciertos de la Revolución Bolivariana han sido compartidosjunto a la defensa del cambio socialista, el cual pasó a ser nuestro norte y propósito vital de los procesos necesarios para enrumbar definitivamente a nuestra Patria.
No ha sido fácil el camino y así no lo hizo saber anticipadamente el Comandante Supremo, quien a través de su largo peregrinar por los senderos de la Patria, nos enseñó a ser pacientes y a estar preparados ante los ataques de los enemigos internos y externos de Venezuela.
“No faltarán quienes pretendan aprovecharse de cualquier circunstancia para dividirnos, para impedir el avance de la Revolución Bolivariana, pero no podrán hacerlo”.
“Ante cualquier circunstancia – dijo el Comandante Chávez – el pueblo debe estar preparado y responder de inmediato”. Si el enemigo quiere venir a retomar el poder, el pueblo debe responder con “Unidad, lucha, batalla y victoria”.
Muchos son los avatares que hemos tenido que enfrentar y más difícil aun, cuando tenemos nuevos ataques de los enemigos internos y externos, quienes han arreciado sus guerras para frenar el avance del proceso revolucionario y acelerar la entrega de las riquezas de nuestra Patria, al imperialismo norteamericano.
Todo este panorama nos arropa y muestra diferentes facetaspara arreciar sus luchas, propias de nuestro pueblo que busca frenar los embates de la guerra económica y de sus diversas manifestaciones las cuales afectan la estabilidad de la sociedad venezolana.
Uno de los casos emblemáticos a los cuales hemos hecho referencia en anteriores ocasiones, está vinculado a un colectivo el cual no escapa a los embates de enemigos internos, disfrazados de “rojo rojito”y quienes han hecho mucho daño a toda una población y a la principal industria del país.
En especial nos referimos al colectivo de jubilados de la industria petrolera y petroquímica nacional, Pdvsarepresentados por Ajip.
La principal industria del país ha sido el blanco del ataque por muchas vías y hoy por ejemplo observamos como el imperio le pone sus garras a uno de sus brazos ejecutores en el norte, como lo es la empresa filial Citgo, mientras en Venezuela también unos desnaturalizados, arrebatan los ahorros de muchos años del colectivo de jubilados de Pdvsa. (“No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”, Jesús de Nazaret)
Este hecho, harto conocido por la opinión pública nacional, se ha convertido en una piedrita en el zapato para el gobierno revolucionario del Presidente Nicolás Maduro, heredero legítimo del Comandante Hugo Chávez.
A medida que pasa el tiempo y las contradicciones económicas se han agudizado en nuestro país, gracias a la guerra económica, las costuras aparecen a flor de piel junto a los zarpazos de los traidores, quienes pugnan por destruir y entregar nuestro país.
Ya Pdvsa no es la joya de la corona y el plato apetecido por los enemigos para los golpes de Estado; sobre todo los de última confección, quienes utilizan a mamarrachos y payasos para fines inconfesables como los que representa el Juan Guasón de la oposición.
Quienes utilizaron al Comandante Chávez para alimentar sus propósitos personales y se aprovecharon de la industria petrolera para convertirla en una plataforma política presidencial, vieron frustrados sus sueños desde el mismo momento en el cual el Comandante designó a Nicolás Maduro como su sucesor.
Desde ese momento se despejó el camino para la Revolución Bolivariana y se apartaron de ella a los impostoresy traidores, quienes se habían acostumbrado a las mieles del poder y a vivir bajo su sombra, como lo hizo “el lord rojo rojito” de Pdvsa, quien acumuló fortuna y soñaballegar a Miraflores junto a sus secuaces, bajo el ala protectora del Comandante Chávez.
En realidad sólo se le hizo un gran daño a la propia Revolución y por temor a la verdad, hasta nuestros días, se ha ocultado mucha vagabundería de esos farsantes quienes utilizaron el poder para sus fines personales y absolutistas, junto a un séquito de aduladores,quienes engordaron fortunas enquistados en la industria petrolera.
Uno de los presuntos fraudes y más descarados desfalcos realizados, ante las narices de Chávez en Pdvsa, fue el desmantelamiento y apropiación indebida de los haberes e intereses del Fondo de Pensiones de los jubilados de la industria petrolera y petroquímica nacional.
El caso ya es público, notorio y comunicacional. Al mismo se le han dado largas, a pesar de haberse denunciado con pelos y señales a las más altas instancias del Poder Moral de nuestro país, como lo representan la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo y la propia Fiscalía General de la República que lidera el abogado y defensor de los derechos humanos Tarek William Saab.
Ante los últimos hechos de ocultamiento de la verdad y peloteo con los dineros del Fondo de Pensiones de los jubilados de Pdvsa; los afectados, quienes lo hemos hecho saber públicamente al Presidente Nicolás Maduro y a las nuevas autoridades (ya no tan nuevas) de la principal industria del país, presidida por el MG Manuel Quevedo, sólo esperamos justicia.
Los pagos de intereses de los gananciales en divisas del citado Fondo de Pensiones, que administra Pdvsa, por adefesios jurídicos cometidos en tiempos de la administración de Rafael Ramírez Carreño (modificación del art. 33 de los estatutos), de la principal industria del país, es ya un aberrante hecho de corrupción dentro de la misma Revolución Bolivariana, la cual debe enmendar el capote y reivindicarse ante los jubilados de la industria petrolera y petroquímica nacional.
Muchos jubilados quizá engañados (palabra de moda en los últimos días) están acudiendo a otros impostores y ladrones de Citgo, para que los reivindiquen (Juan Guasón); craso error que sólo muestra sus apetitos políticos ocultos.
En nuestro caso, a pesar de nuestra incuestionable militancia revolucionaria, no hemos perdido la fe en la justicia venezolana. Por esta razón, una vez más acudimos al Poder Moralrepresentado por el Fiscal General de la República Tarek William Saab, para que se apersone en nuestra denuncia, que ha sido peloteada de la Fiscalía 50 a la Fiscalía Plena 37, con todos sus soportes y firmas de jubilados de la industria petrolera del estado Monagas.
El Fiscal General de la República tiene la palabra y los hechos repudiables, que ya tienen su expediente y son un hecho público, notorio y comunicacional de la defenestrada gestión de ·”lord rojo rojito”, quien vive plácidamente en las Europas, merece toda la atención del Estado y de los órganos de justicia, para bien del colectivo de jubilados de Pdvsa y de la propia Revolución Bolivariana, heredera del legado moral del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
¡Justicia ya!
¡Amanecerá y veremos!
Marco Tulio Arellano