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26 de julio de 2024
Copenhague, Dinamarca. AFP- De las críticas por las imágenes de los jugadores pasando sin saludar a los aficionados, al grupo que ilusiona a un país alcanzando unos cuartos por primera vez en casi diez años. La exhibición de carácter y pasión ante Croacia ha devuelto la fe en la selección española.
El seleccionador Luis Enrique, eufórico en rueda de prensa, incluso se permitió titular las crónicas de los periodistas: “Te lo pongo yo: ‘¡Enjoy fútbol!’”.
Aprendida la lección de lo que sucedió hace unos días en Sevilla con los saludos, cuando los futbolistas se bajaron del autobús el lunes en el Parken Stadium de Copenhague se esforzaron por tener un gesto amable con las decenas de hinchas que los esperaban.
Aprendizaje acelerado
No fue el único aprendizaje de la tarde. Los jugadores dirigidos por Luis Enrique fueron capaces ante la subcampeona del mundo de levantarse de dos durísimos golpes anímicos. El primero cuando dominaba el partido con comodidad y el arquero Unai Simón no fue capaz de controlar un pase quizás demasiado potente de Pedri.
Tres goles parecían curar la herida. Pero entonces el equipo, con varios jugadores sin experiencia en grandes torneos, se descompuso y encajó dos tantos en los últimos seis minutos que llevó el duelo a la prórroga.
En el tiempo suplementario Croacia acumulaba ocasiones, pero entonces España volvió a renacer con dos goles que sellaron el histórico 5-3.
“Manita épica”, señaló El Mundo Deportivo, mientras que AS optó por “¡Tiqui-Casta!”, haciendo un juego de palabras entre el tradicional juego de pases español conocido como ‘tiqui-taca’ y la capacidad de la selección para remontar situaciones adversas en el Parken Stadium.
España tuvo que madurar a golpes en solo 120 minutos. Unai Simón, al que los miles de hinchas croatas en las gradas se encargaron de recordar su garrafal error cada vez que se acercaba el balón, se agigantó y en la prórroga firmó una parada clave.
En un país amante de los extremos, las críticas y la desidia hacia la selección han dejado paso con dos partidos y diez goles (5-0 a Eslovaquia) de por medio a un estado general de euforia.
‘Ego desaparece, aparece equipo’
Luis Enrique ha moldeado un grupo de futbolistas con hambre, discretos, cuyos líderes siempre han transmitido humildad durante sus carreras -Sergio Busquets, Koke o César Azpilicueta.
Se quedó fuera de la lista Sergio Ramos, el ‘rey sol’ del fútbol español, y la nueva Roja no echa en falta una estrella que la guíe.
Tras el error de Simón, David De Gea, arquero durante una década del prestigioso Manchester United y ahora suplente en el equipo nacional, fue el primero en acercarse para animarlo al descanso.
Y ahora España viajará a San Petersburgo para medirse en cuartos el viernes a Suiza. La última vez que la Roja estuvo entre los ocho mejores de una gran competición fue hace casi diez años -campeona de Europa en 2008 y 2012, del mundo en 2010. Tras una larga reconstrucción, le toca volver a soñar.
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