Juan José Contreras
Despegó el último avión y el campo quedó libre. Era julio de 1989 y por primera vez uno de los empleados del aeropuerto decidió dar unas vueltas caminando por la pista junto a dos compañeros. Primero la mitad, con los días el recorrido completo. Luego de una semana los colegas desisten. Primitivo Vivas al día de hoy ha llevado su caminata hasta otros países y complementa con trote y su pasión: la bicicleta. 31 años después no ha parado su incursión deportiva.
Radicado en Michelena, el apasionado ciclista de 69 años ha sido ejemplo a seguir por varios jóvenes y compañeros de su edad. Ya sea solo o acompañado con su grupo de recorrido, Primitivo Vivas hace mérito a las palabras recurrentes que emplea, “voluntad y perseverancia”. Él a diario alterna entre caminar, trotar o andar en bicicleta.
El primer paso
Orgulloso de sus cuatro hijos, de dos matrimonios, Primitivo Vivas siempre buscó el tiempo para cumplir abnegadamente con su responsabilidad familiar y poder también hacer deporte. Nunca es tarde para iniciar. Con 38 años de edad dio el primer paso en su rutina de caminata en una pista de aterrizaje.
Egresado en 1976 de la tercera promoción de TSU en electrónica del Instituto Universitario de Tecnología, IUT, trabajó 37 años en transporte y tránsito aéreo en el Aeropuerto Nacional «Francisco García de Hevia» de La Fría, en la zona norte del Táchira.
Aunque estuvo casi cuatro décadas en el aeropuerto y tiene un hermano piloto, Primitivo Vivas descartó aprender a pilotar aviones. Él se enfocó en tener los pies en la tierra, o más puntualmente, sobre los pedales de una bicicleta.
No pasó mucho tiempo para que las caminatas pasaran a un ritmo mayor: trotando. Para el inicio de la década de los 90 empezó con la bicicleta. En sus viajes ha hecho caminatas deportivas por ciudades como París, Madrid y Valencia, España. Ha corrido maratones en Venezuela y en el exterior, en ciudades como Nueva York, Seattle y Miami.
En bicicleta
Primitivo Vivas lo recuerda: “Una vez mi amigo Víctor Casanova me invitó a dar una vuelta por Lobatera y San Pedro del Río. En esa época no estaba la autopista y yo andaba en bicicleta solamente en Michelena. Fuimos por la vía de La Carbonera para bajar por la alcabala en la entrada de Colón. Entramos a San Pedro, a mi compañero se le espichó un caucho y me indicó que continuara, seguí y fue así como di mi primera vuelta solo”.
Al tiempo de empezar, logró consolidar un kilómetro y con el tiempo fue aumentando la distancia. “Así es la vida, voluntad, perseverancia. La bicicleta es una pasión para mí, claro que me he caído, nada grave, pero repito es como la vida, hay caídas y tenemos que levantarnos”.
Aunque con la bicicleta no ha competido profesionalmente, su incursión amateur lo ha llevado a conquistar logros muy importantes para él. “Me siento muy orgulloso por todo lo que yo hago, por mi edad, y que he ido a Cúcuta en bicicleta. La última vez fue el año pasado a Ureña por el asunto de la ayuda humanitaria, fueron 3 horas yendo, y cinco horas y media regresando por los intervalos de descanso claro”.
De Michelena a la frontera hay 50 kilómetros; y de Michelena a la plaza Santander en Cúcuta son 60 kilómetros. El recorrido total circunda los 120 kilómetros de ida y vuelta.
Hay circunstancias que afectan, como los costos para mantener la bicicleta y los equipos. Los cauchos, frenos, incluso las botas especiales y el casco son costosos por la hiperinflación. Los suplementos alimenticios y vitaminas también son de difícil adquisición. Pero se buscan soluciones. “Son más los beneficios y lo valen”.
Tecnología
La aventura deportiva en la vida de Primitivo Vivas ha sido en varios ámbitos, la tecnología uno de ellos. Desde el principio registró sus avances en una carpeta. Él recuerda que su primera computadora la compró para el nuevo milenio. Era una Pentium 3, y fue el nuevo vehículo de registro digital para sus logros y récords personales en las carreteras.
El sobrino de Vivas trota. Reside en Panamá y en 2007 le habló de un sitio web llamado Endomondo. “Hoy en día es también una aplicación que yo uso. Allí tengo muchos amigos y contactos de todo el mundo”.
Endomondo es una red social de acondicionamiento físico que permite a los usuarios realizar un seguimiento de sus estadísticas de estado físico y de salud.
Primitivo Vivas también es activo en otras aplicaciones como Relive, que registra los desempeños de recorridos y los comparte con otros usuarios, y en Instagram.
En años recientes ha participado en varios desafíos de sus redes sociales. “Fui parte de un desafío donde hicieron recorridos más de 14 mil personas de todo el mundo. También en uno para mayores de 60 años en el que participamos 120 personas”.
Acelerar el trote
Para Primitivo Vivas varios de los maratones que ha emprendido son memorables. “Hice algunos maratones de San Sebastián. Gracias a mi amigo Eduardo Navas que me animó corrí el primero. Recuerdo uno binacional, de San Antonio del Táchira a la Plaza Bolívar de Cúcuta, corrieron 180 personas, 30 venezolanos y 150 colombianos. Fue una experiencia muy grande”.
Primitivo tiene buenos recuerdos. “Antes Energizer organizaba en Caracas maratones nocturnos, mi sobrina siempre me invitaba, participé en varios que se hacían desde las siete de la noche, los organizadores lo dotaban a uno de linternas, fue muy emocionante”.
La situación económica del país también impactó los viajes, aunque no la convicción de seguir trotando. “Íbamos a los maratones de Gatorade, el Caracas Rock. Con el sueldo que yo tenía viajaba en avión a la capital con mi familia y nos hospedábamos allá los días del maratón. Ahora, por ejemplo, no fui al maratón Garzón aquí en San Cristóbal porque no tenía el dinero para la inscripción. Pero no importa, sigo aquí en Michelena, lo importante es no parar”.
Un estilo de vida
Primitivo Vivas confiesa que casi no va a la iglesia, pero es un hombre de fe. “A veces voy en la bicicleta y rezo. Cuando viajo a La Grita al Santo Cristo tengo por costumbre esparcir semillas. Suelo recoger semillas de almendro de unos árboles que hay en Michelena por la avenida cero y cuando viajo las voy tirando en la orilla de la carretera”. Él es un promotor de la conservación del ambiente y comparte también ese principio en sus redes.
Sobre los beneficios del deporte, el veterano de los recorridos en el asfalto aconsejó: “Tengan convicción por el deporte, yo a mis 69 años me siento muy bien, no me duele ni un pelo, la actividad física lo ayuda a uno mucho”.
Le recomienda a las personas al menos salir a caminar. “El problema de los sedentarios es que dicen que no hay tiempo. Para todo hay tiempo, todo depende de la administración. La flojera es falta de voluntad, de perseverancia. Con constancia usted puede dominar cualquier obstáculo que se presente en el camino, y eso es para la vida”.
Emocionado de sus logros personales, Primitivo Vivas es el ejemplo de la frase que reza que “para empezar a recorrer el camino más largo basta con dar el primer paso”. El se siente como “un chamito”, pues a su edad puede manejar la bicicleta y hacer sus recorridos con ella o trotando. Lo seguirá haciendo hasta que Dios se lo permita.