PEDRO VÁSQUEZ
Con base a letras del cantautor mexicano Vicente Fernández
ACA ENTRE NOS
El año 2021 pasó como una exhalación. Nos dejó veredas transitadas, caminos truncados, procesos inconclusos, objetivos logrados, familiares y amigos que viajaron a otras geografías, a la eternidad; y lo que estoy pensando no lo puedo decir.
Dentro de ese abanico de sensaciones, no positivas, del año transcurrido sobresale
extrañar la presencia de seres queridos, darnos cuenta que hoy a mi lado ya no estás.
Para algunos, en este raudo recorrido, tratando de ahogar las penas, se fueron consumiendo las botellas. Otros se han refugiado en la oración diciendo siempre te voy a recordar; y no falta quienes afirmen haberte conocido fue la cosa más linda que a mí me sucedió.
Donde todos coinciden, en esta travesía tortuosa e histórica, en medio de una pandemia, es que ha dejado a muchas familias llorando y con el alma hecha pedazos.
Han volado alto personas que la vida les había gratificado, con más de ocho decenas de años, otros que su pelo ya pintaba algunas canas; pero algunos seres queridos en plena flor de su existencia dejando un mensaje claro se tiene que sufrir cuando se ama; por eso hay días en que se amanece diciendo en mi cielo solo hay nubarrones y nos delata el llanto sincero porque para estar cerca de un ser amado solo falta un millón de primaveras.
Esta situación endémica nos sigue dando lecciones: No malgastes el tiempo sin cariño.
Nos invita a reconocer nuestros errores: Perdóname si te he ofendido. Nos reta para seguir peregrinando: Un mundo de ilusión es lo que tengo.
A pesar de todo, la humanidad decidió, en medio de las circunstancias, seguir conviviendo en medio de cuidados de bioseguridad y vivir el mundo con una ilusión Se realizaron los juegos olímpicos con una medalla dorada histórica para Venezuela, continuaron las eliminatorias mundialistas en donde la Vinotinto, que de raro tiene, aún no calza los botines necesarios, con el respeto si alguien opina diferente.
A nivel local el quinteto de baloncesto Panteras Máster +50 obtiene en tierras
colombianas un título y un subtítulo, el Deportivo Táchira conquista su novena estrella, aunque el equipo lo medio desmantelan; pero por el momento quiero estar soñando que se va a construir una buena oncena para enfrentar la Copa Libertadores.
En los últimos días del año se presentan simbiosis cerebrovasculares contradictorias de
actitudes ante el año venidero y entonces brotan expresiones como lamento aquel día cuanto te perdí, y si el dolor se instala de forma tal, que no hay analgésico que lo alivie, nos atrevemos a pensar de qué manera te olvido.
Tampoco quedan dudas, luego de transcurrido este año, que el ser humano sigue siendo el rey, que nuevas oportunidades florecen continuamente y que dos expresiones que se usan ligeramente deben recobrar su gran significado.
La primera es de data antiquísima, desear salud al brindar con una bebida alcohólica.
Debemos simbolizar lo que significa y de ahora en adelante me propongo brindar y me dé por cantar. La segunda es de data más fresca y es el término compartir. Esta palabra invita, claramente, a que todos debemos llevar algo porque ya quedan pocos anfitriones que soporten la inversión total de una actividad social. Pues como extrañamos ese compartir con libertad sin temor, sin tapabocas…y yo solo contesto, háganme un favor tóquenme la misma esa que me
llega al corazón.
Gracias 2021 ya no vuelvo a molestarte. Gracias por los días oscuros que nos ayudaron a trascender, por los días soleados que nos permitieron crecer, por todas las personas que tocaron, o por lo menos rozaron nuestra vida, que permiten no tener un montón de recuerdos ingratos.
Debemos vivir en gratitud, renovar nuestras fuerzas, recargar las baterías y vuelvo a
pedirles la misma canción con mucha oración. Gracias por su amistad amigos lectores que es un verdadero lujo tenerla y recuerden vale más un buen amor que mil costales de oro.
Hay que aprender a querer y a vivir. No gastemos energías en aquellas cosas que son no controlables, seamos parte de la reconstrucción espiritual de la humanidad.
Esperemos, con la fe puesta en Dios y cuidándonos, recorrer este nuevo año juntos, con el mínimo de ausentes para no tener al final de la jornada hacernos más reproches.
Acá entre nos…feliz veinte 22.